El mundo exige justicia para África
Unas 200.000 personas siguen en Londres el macroconcierto con U2, McCartney y Elton John
"Hace hoy veinte años...". Entonando la primera estrofa del clásico de los Beatles Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band, Paul McCartney inauguró ayer en Londres el macroconcierto Live 8 a favor de África. Le acompañaron en el escenario Bono y su banda U2. Fue una velada con un objetivo claro: presionar a los líderes del G-8 para poner fin a la pobreza mundial. Veinte años después del Live Aid por Etiopía, más de 150 bandas se dieron cita a lo largo de la histórica jornada en diez escenarios de otras tantas ciudades reclamando justicia para el continente negro. Un millón de personas siguieron en directo las actuaciones y miles de millones más pudieron unirse a la gran fiesta de 400 artistas por televisión, radio e Internet.
Bono pidió manifestaciones en todas las ciudades del próspero Occidente
Brad Pitt presentó a Annie Lennox, que estará en la cumbre del G-8 en Edimburgo
"Éste es nuestro momento, nuestro día, nuestra oportunidad de alzarnos por lo que es justo. No pedimos caridad, sino justicia. No podemos resolver todos los problemas, pero sí podemos arreglar algunos. Podemos dar solución a los millones de muertes por picadura de mosquito u otras enfermedades curables", dijo Bono al público londinense.
Unas 200.000 personas accedieron a los recintos acotados de Hyde Park, donde ayer actuaron cerca de una treintena de artistas. Entre ellos, figuras conocidas de la Campaña contra la Pobreza, como Chris Martín, líder de Coldplay, y veteranos de las causas benéficas como Elton John. Ambos reconocieron la labor de Bob Geldof, el músico irlandés y principal instigador de los 10 macroconciertos del Live 8, que se celebraron en Tokio, Moscú, Berlín, Roma, Francia, Johannesburgo, Filadelfia, Toronto y Cornualles, además de Londres.
Hubo sorpresas en el escenario del Hyde Park. Pete Doherty, el "niño malo"del pop inglés, interpretó una versión de Marc Boland, Children of the revolution, acompañado al piano por Elton John. El vocalista de Babyshambles, con maquillaje gótico y gorra de marinero, dio el toque decadente a una reunión multitudinaria con sabor campestre. Minutos antes, Richard Ashcroft desempolvó el tema más popular de su difunto grupo The Verve, Bittersweet shymphony, de la mano de Coldplay.
Y, entre otros extraños encuentros, la superestrella Brad Pitt presentó a Annie Lennox. La elegante cantante marchaba después a su país natal, Escocia, donde el próximo día 6 participará en los eventos musicales de la primera jornada de la cumbre del G-8.
Música y política mano a mano en el Live 8. El mensaje de Geldof apunta a una doble audiencia, el público de a pie y los líderes de los siete países más ricos del planeta, más Rusia. También los artistas habían recibido la consigna de reclamar la ayuda de todos para forzar al G-8 a cancelar la deuda exterior, permitir el comercio justo y aumentar la ayuda internacional a los países africanos. Los conciertos de ayer no eran más que un paso del "largo camino hacia la justicia", que, según explicó Bono en Londres, se debería materializar con manifestaciones en cada ciudad del próspero Occidente y, principalmente, con una multitudinaria concentración en Edimburgo la víspera de la cumbre del G-8, del 6 al 8 de julio.
El público londinense estaba concienciado. "Es un evento histórico y no me lo quería perder. Estoy de acuerdo con la campaña en contra de la pobreza y, desde luego, es la única oportunidad de ver a tantas bandas buenas en un mismo escenario", comentó Jenny Williams, londinense, de 26 años, mientras aguardaba la cola para acceder al recinto acotado de Hyde Park. "Es un gran acontecimiento para Londres y el resto del mundo. Es un placer ver a tanta gente reunida en torno a la música y en apoyo de África", añadió por su parte Neil Stone. Funcionario de prisión, de 46 años, Stone no tuvo la fortuna de hacerse con una de las 150.000 localidades gratuitas para atender en directo las actuaciones londinenses, ni con las adicionales 50.000 entradas con acceso a una serie de pantallas instaladas dentro del parque, pero a distancia del escenario. "He reservado una habitación en un hotel con vistas al estrado. Veré con mi mujer las actuaciones desde la ventana y las escucharemos por televisión", explicó.
Cientos de personas merodearon el perímetro de Hyde Park, con dobles o triples hileras de vallas, intentando burlar la atención de miles de guardias. Los esfuerzos parecían vanos, aunque Denise Dobson aseguraba, con expresión jubilosa, que se había colado al reservado VIP con su hija Tara, de tres años. "Ni yo misma me lo creo. Hemos pasado cinco controles", decía. A su lado, una joven alemana, Julia Dose, aupair con una familia de Londres, festejaba también su jornada de asueto: "Yo no había nacido el 13 de julio de 1985, día del Live Aid. Para mí, es la única oportunidad en mi vida de presenciar algo semejante. Geldoff dice que será la última vez y ójala que así sea".
Con similar ilusión tomaron el micrófono bandas como REM, que se encuentra de gira en Europa; la cantante Joss Stone, con 18 años, la más joven del cartel londinense; estrellas como Madonna y, entre muchos otros, el músico senegalés Youssou N'Dour, el único africano de los artistas que se dieron cita ayer en Hyde Park.
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