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Reportaje:

Chicago años 20 en Bulgaria

La UE exige a Bulgaria que mejore la lucha contra el crimen organizado de cara a su eventual ingreso en 2007

Guillermo Altares

Kiril Kirov, de 41 años, El Japonés, uno de los mafiosos más poderosos de Bulgaria, fue asesinado en abril en la avenida Vitosha, una emblemática calle comercial de Sofía, por un francotirador. No se trató de un hecho extraordinario: en el último año se han producido 60 asesinatos de corte mafioso y este tipo de crímenes por contrato, en la capital y a plena luz del día, han conmocionado a la opinión pública búlgara. El último, hace dos semanas, fue la explosión de un coche bomba que hirió a seis personas. La mejora en la lucha contra la criminalidad organizada es una de las condiciones que la Unión Europea exige a Bulgaria para que pueda entrar, sin retrasos, en 2007.

Aunque, según cifras independientes, la criminalidad se ha reducido en Bulgaria en un 50% en cuatro años, muchos ciudadanos sienten que viven en una versión balcánica del Chicago de los años veinte, con la ley marcada por jóvenes, cargados de cadenas de oro, que se pasean al volante de coches de lujo blindados. En bastantes tiendas y restaurantes de Sofía hay carteles en la puerta que prohíben la entrada con armas. Bulgaria es, además, un país muy permisivo a la hora de conceder licencias de armas: se calcula que hay unas 350.000 armas de fuego en un país de ocho millones de habitantes.

En el último año se han producido 60 asesinatos de corte mafioso y por contrato

No es extraño que una de las estrellas de la campaña de las elecciones del pasado sábado fuese Boiko Borisov, general de policía, ex secretario de Estado del Interior y candidato en las listas del partido de Simeón II, que protagonizaba un anuncio electoral en el que se mostraba en un vídeo auténtico la detención de un grupo de delincuentes.

"Son casos aislados, pero muy llamativos, que han tenido un impacto muy fuerte en la sociedad. Comparado con el año 2001, han disminuido en un 50%", afirma en su despacho de Sofía Boyko Kotzev, viceministro del Interior del Gobierno en funciones. "La mafia en Bulgaria tipo cartel no existe. Hay actividades mafiosas, pero sobre todo como punto de tránsito, de droga, de armas y de tráfico de seres humanos", agrega Kotzev, que insiste en que los crímenes que en los últimos meses han conmocionado a la sociedad búlgara son ajustes de cuentas entre criminales.

Sin embargo, la prensa búlgara y muchos analistas consideran que las mafias están muy establecidas y que han taladrado el sistema económico del país. El asesinato más sonado de la historia reciente fue la muerte a tiros, en marzo de 2003, de Ilya Pavlov, el hombre más rico de Bulgaria. Un informe del Consejo de Europa sobre criminalidad difundido en enero asegura que el 24% de los delitos cometidos en Bulgaria estaban relacionados con mafias, un porcentaje que, por otra parte, compartía con Holanda o Eslovaquia. La situación geográfica de Bulgaria y su relativa estabilidad convirtieron a este país en un lugar de paso o de actuación de numerosas mafias durante las guerras de la ex Yugoslavia.

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La impunidad de este tipo de delitos es enorme en un sistema judicial que la Comisión Europea considera que debe ser reformado radicalmente para que pueda producirse el ingreso efectivo en la Unión en 2007. "La lucha contra el crimen organizado y la corrupción es importante para nosotros, pero también para el Gobierno búlgaro, porque de ello depende el futuro político y económico del país", manifiesta Dimitris Kourkoulas, responsable de la delegación de la Comisión en Sofía. El último informe sobre los progresos realizados por Bulgaria, de octubre de 2004, asegura que "serán necesarios esfuerzos considerables para mejorar la capacidad del país para perseguir el crimen organizado".

"La corrupción ha invadido el sistema judicial", afirma por su parte el sociólogo Alexander Stoyanov. "Para evitar que se persiguiese por motivos políticos, se estableció una fiscalía que no respondía ante nadie; pero que acabó por depender de intereses privados. A los políticos, por lo menos se les vota y se les puede echar", agrega. La reforma judicial y del código penal deberá ser aprobada por el Parlamento recién elegido.

Con el apoyo financiero del Departamento de Justicia de EE UU, el instituto que dirige Stoyanov, el Centro para Estudios de la Democracia (CSD), publicó una encuesta sobre estadísticas de criminalidad y víctimas de delitos en Bulgaria entre 2001 y 2004 que demostraba la caída desde 600.000 a 300.000 delitos en ese periodo y aseguraba que "el nivel de criminalidad en Bulgaria es comparable con el de otros países de la UE, incluso menor en la mayoría de los crímenes". El mismo estudio reconocía que la seguridad se ha convertido "en uno de los temas políticos más importantes del país".

El viceministro asegura que la colaboración con las otras policías europeas es excelente, de hecho España participa en varios programas de hermanamiento de la UE en formación policial. "Hay redes búlgaras muy establecidas en otros países, cuyos integrantes sólo vienen aquí de vacaciones", afirma Kotzev. Según el estudio del CSD, sólo en 2004 fueron investigados en España 521 crímenes cometidos por ciudadanos búlgaros. El desmantelamiento, hace dos semanas, de una red de trata de blancas y tráfico de seres humanos entre Bulgaria e Italia demuestra que la cooperación existe, pero los delitos también.

Policías búlgaros detienen a un traficante de droga en Sofía.
Policías búlgaros detienen a un traficante de droga en Sofía.REUTERS

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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