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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

No entiendo

Desde el primer día he seguido con detalle las informaciones difundidas en distintos medios de comunicación escrita y audiovisuales (con distinta "intención" política, obviamente) sobre el llamado caso Leganés. Soy leganense, trabajo en la Sanidad pública madrileña y tengo lazos familiares (y hasta hace poco también docentes) con profesionales del servicio de Urgencias de dicho hospital. A lo largo de estos días, han aparecido en mi mente las palabras "no entiendo" en multitud de ocasiones.

Supongo que algunas personas estarán encantadas, porque deben tener el concepto de que algunos ciudadanos somos tontos. Incluso, deben disfrutar ufanos al jugar con personas, ética, profesionalidad, sentimientos y hasta dolor o muerte. Pero, eso sí, ajenas y lejanas a su entorno personal.

No entiendo por qué se juega con la muerte y el dolor de 400 personas (que luego se convierten en 16 o setenta y pocos, por arte mágica) en uno de los hospitales públicos más investigados de Europa. Tampoco entiendo cómo una denuncia anónima (no entiendo cómo todavía se desconoce su autor, que filtra información confidencial) es la causante de una agresión ética, moral y profesional hacia algunos médicos (ahora, según parece, son cuatro; los designamos con números para proteger su intimidad, ¿ahora sí y antes no?); como si en el servicio no trabajaran otros profesionales, capacitados para detectar una mala praxis (hablamos de ochenta y tantas personas, a las que no se les llama "cómplices"; aunque todo llegará).

No entiendo la supuesta transparencia y equidad de algunos servidores públicos, cuando dan pábulo a esa denuncia, aprovechan el cargo para poner cualquier zancadilla legal; o creando comisiones de investigación inapropiadas y elegidas a dedo (con conclusiones calificadas de "interesadas" por otros profesionales). Y, si es posible, tergiversando o manipulando las informaciones, que predican medios de comunicación afines. Su interés, desde mi entender, debería ser que la justicia haga su trabajo, decidiendo quién es culpable o no.

No entiendo, tampoco, que los ciudadanos que utilizan el Imsalud, no se den cuenta de que el sistema público se está vendiendo a pedazos, además de ser vilipendiado, con listas de espera reales que nada tienen que ver con las que nos cuentan. No entiendo cómo los profesionales de la Sanidad pública toleramos, y en algunos casos apoyamos, esta y otras situaciones (menores recursos humanos y materiales, aumentos brutales de las demandas, infravaloración social y económica, agresiones verbales y corporales, inexistencia de incentivos, ¿cuidados geriátricos, paliativos y terminales, para cuándo?). Hasta que un juez diga lo contrario, me siento Montes y personal de las Urgencias del hospital Severo Ochoa, y si algún día (esto parece ir para largo) se demuestra su inocencia, espero que los causantes, directos o indirectos, no se vayan de rositas.

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