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Reportaje:

El Boulevard regala compost

El principal centro comercial de Vitoria elaborará fertilizante con las dos toneladas de residuos orgánicos que genera cada día

Más de dos toneladas de residuos orgánicos salen a diario del centro comercial El Boulevard, el mayor de Vitoria. Bares, restaurantes y el hipermercado Eroski generan ese volumen de desperdicios, que hasta la pasada semana acababan en el vertedero de Gardelegi. Ahora, los desechos irán a parar a alguna de las cinco compostadoras instaladas en el mismo centro, que elaborarán con ellos abono, en un proceso que implica desde el último cliente hasta el Ayuntamiento de la ciudad. Y no es pequeña la cantidad: se estima que logrará unos 500 kilos diarios de abono, tantos como los que se generan en toda Guipúzcoa.

El Boulevard se convierte así en el primer centro comercial de Europa que reconvierte sus residuos orgánicos en compost. Desde hace semanas, ya venía informando a sus clientes de las virtudes del reciclaje, pero sus responsables debieron de pensar que no valía quedarse en la teoría y se pasaron a la práctica del buen ecologista. Han tenido que formar a los empleados de bares y restaurantes para que seleccionen las basuras, como ya venían haciendo con los clientes.

Entre los restos compostables se encuentran residuos de carne y pescado, tanto crudos como elaborados, marisco, restos de frutas y verduras, pan, cáscaras de huevos, frutos secos y pipas, posos y filtros de café, bolsitas de té, servilletas de papel, embalajes de cartón de huevos en pequeños fragmentos,... Todo lo que tenga un origen natural.

Los responsables del complejo vitoriano han encargado cinco compostadoras, aunque de momento sólo dos de ellas se encontrarán operativas. El mantenimiento de las mismas resulta relativamente sencillo: tan sólo hay que cuidar que los restos orgánicos mantengan unas correctas condiciones de temperatura -entre 60º y 70º- y de humedad, y que la proporción de carbono y nitrógeno sea la ideal. Así, para aumentar el carbono basta con incrementar el aporte de cartón o de papel y para que se incremente el porcentaje de nitrógeno, introducir más restos de fruta y verdura.

Si todo el proceso se mantiene debidamente oxigenado y se evitan los residuos de gran tamaño, en ocho semanas como mucho se obtendrá un abono de óptima calidad, que corresponde al 25% del total de la masa introducida. Entonces, el cliente que merendó una tarde en alguno de los restaurantes con toda su familia podrá ir a recoger su parte de fertilizante a las compostadoras. La gerencia de El Boulevard no ha querido hacer negocio con el que está considerado el mejor tipo de abono y prefiere entregárselo a cualquiera de las más de 130.000 personas que visitan el centro comercial cada semana. Y seguro que a más de un agricultor no le importaría acercarse hasta allí con su tractor y hacer una compra ciertamente inaudita.

Lo cierto es que parece que con la puesta en funcionamiento de estas compostadoras todos ganan, desde el vertedero de Gardelegi, que se verá aliviado de una importante carga diaria, hasta el Ayuntamiento, que ahorrará gasolina de los camiones de la basura, pasando por los escolares que tendrán una posibilidad de aprender algo más sobre el reciclaje, ya que se van a organizar visitas para colegios. Sin olvidar la imagen del propio centro comercial, porque lo del respeto al medio ambiente siempre se considera.

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Sea por mercadotecnia sea por conciencia ecologista, ésta no es la primera iniciativa similar en que se embarca El Boulevard. Ya se trabajaba en la separación de residuos y se habían instalado temporizadores de luz artificial o se programaba el riego por goteo en los jardines. Tampoco será la última. El centro comercial se ha planteado la instalación de paneles solares en sus tejados, que se podría hacer realidad en 2006.

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