Sindicatos y patronal certifican el atasco en la negociación colectiva
Las centrales se acusan mutuamente de fortalecer a los empresarios
La negociación colectiva en Euskadi se halla prácticamente estancada. Los sindicatos se acusan mutuamente de favorecer a la patronal y ésta cree que el cambio de estrategia de la central mayoritaria, ELA, hace casi imposible el acuerdo. El sindicato nacionalista replica que la postura de fuerza de la patronal responde a los acuerdos alcanzados en Madrid por UGT y CCOO y defiende su apuesta de lucha contra la precariedad. Las centrales no nacionalistas achacan la situación, en cambio, a la falta de unidad de acción, que creen motivada por criterios políticos.
Los empresarios consideran que "la situación es complicada", aunque evitan en las tintas dramáticas en su análisis. Jon Bilbao, responsable de negociación colectiva de la patronal Confebask, asegura que el cambio experimentado en el modelo sindical de ELA, para dejar de ser un sindicato "moderador y ordenador de las relaciones laborales", ha sido un "patada al sistema". Bilbao respeta el "modelo de brega" de ELA, pero dice que la subida del listón reivindicativo hace imposible el acuerdo, especialmente en reducción de jornada.
Desde Confebask se estima que la apuesta de ELA lleva al resto de sindicatos a pedir más por una especie de "miedo escénico", pero que en la actual situación económica resulta imposible reducir más la jornada y subir más los salarios, porque en ambos conceptos, aseguran, Euskadi está por encima de la media. Insiste Bilbao en que las empresas no son "magas" y reprocha a UGT y CC OO que pidan reducciones de siete horas cuando en Madrid firman 2,5.
Así las cosas, en Euskadi se empezó el año con 529 convenios para negociar, que afectaban a 416.600 trabajadores. A día de hoy quedan por firmar 77 de sector y 360 de empresa. La primera excusa que ponen las partes es la reducción de jornada, pero no es la única. Javier Bermejo, secretario de Acción Sindical de UGT-Euskadi, asegura que los empresarios se niegan a recortar la jornada y piden flexibilidad, pero rechazan a hablar de reducción del tiempo de presencia en el trabajo, las horas que pasan desde que un trabajador empieza y termina la jornada en el mismo día.
En todo caso, para UGT es esencial la negociación de los convenios de sector, un objetivo alinea a esta central, CC OO y LAB, por un lado, y a ELA por el otro. Adolfo Muñoz, responsable de negociación colectiva de ELA, asegura que, pese a los reproches de la patronal y el resto de los sindicatos, su central no rechaza los convenios de sector, pero considera que no deben ser el centro de su estrategia. Así, pone como pieza clave para la negociación colectiva la reducción de la precariedad, que en Euskadi supera el 30%.
División
Muñoz acusa a UGT y CC OO de haber firmado el cuarto acuerdo confederal con la CEOE en Madrid, que establece como referencia para la subida salarial en los convenios la previsión de inflación con cláusula de revisión. Esta premisa, dice, da fuerza a la patronal y evita avanzar en los convenios sectoriales. Prefiere no valorar el cambio de estrategia de LAB, que le lleva a mantener una cercanía con CC OO y UGT. Asegura que el modelo que "beneficia a la patronal" no sirve y que en las empresas están firmando acuerdos, que no se registran en el CRL, que propician la lucha contra la precariedad.
Frente a la tesis de la central nacionalista, Eduardo García, responsable de negociación colectiva de CC OO-Euskadi, asegura que lo que beneficia a los empresarios es la división sindical. Niega que ELA apueste por los convenios de sector y dice que con unidad se podría defender la lucha contra la precariedad en estos convenios. En un país donde el 90% de las empresas tiene menos de 10 trabajadores, añade, no se puede dejar todo en manos de los convenios de empresas; porque, además, las reducciones de jornada pactadas se hacen luego en horas extras.
García lamenta que el veto de ELA impida acuerdos-marco en el CRL, así como el miedo de LAB a aparecer junto a UGT y CC OO. Para García la acción en la negociación de ELA responde en el fondo a criterios políticos. Cree que este sindicato entiende que los acuerdos con las centrales confederales debilitan al soberanismo, que para la central de José Elorrieta sería lo más importante.
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