Hiroshi Ishii: "La mayoría de la informática se convertirá en algo muy transparente"
El profesor japonés, codirector del departamento Cosas que Piensan del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), cree que el gran desafío sigue siendo que los ordenadores hablen y escriban como un ser humano
El científico japonés Hiroshi Ishii (Tokio, 1956), máximo especialista en la investigación de nuevas formas de interacción entre el hombre y el ordenador, ha apostado en el II Congreso Ace05, celebrado en la Universidad Politécnica de Valencia, por tecnología más humana.
Pregunta. ¿No está bien resuelta la relación entre el hombre y el ordenador?
Respuesta. Creo que el problema es muy profundo. Uno de los factores importantes es la complejidad y también la cantidad de información que tiene que afrontarse. Me interesa mucho hacer la distinción entre la gente y la informática, que su relación sea más fácil y más intuitiva.
P. ¿Ha cambiado mucho esta relación en el tiempo?
R. Sí, al principio la interfaz estaba muy limitada, utilizando una tarjeta perforada, y ahora es mucho más interactiva utilizando un ordenador personal. Las interfaces fáciles para el usuario han sido una aportación importante.
P. ¿Pero debería ser mayor la interacción?
R. Sí, pero a pesar de eso son unos progresos muy importantes. Veo más oportunidades de conseguir otras interfaces más fáciles de utilizar aún añadiendo tangibilidad.
P. ¿Qué tipo de lengua relacionará al hombre con la máquina en el futuro?
R. Quizá va a ser un lenguaje muy distinto. En el pasado, cuando la gente utilizaba comandos escritos seguían el formato de un idioma concreto, que podía ser español, inglés o alemán. Ahora la gente utiliza lenguaje gráfico: iconos, menús, el clic de un ratón. En las próximas generaciones será una interacción mucho más física con las manos para utilizar objetos.
P. ¿Usted apuesta por acabar con el teclado, el ratón y el monitor?
R. No digo eso. La interfaz gráfica, junto con el teclado, el ratón y la pantalla, todavía es muy potente y muy útil. Pero veo que hay muchas oportunidades nuevas utilizando interfaces tangibles directamente manipulables que pueden complementar los puntos débiles de la interfaz gráfica.
P. La interfaz de voz tarda.
R. Mucha gente está trabajando para comercializar interfaces con reconocimiento de voz y sintetizadores de voz, pero que los ordenadores hablen y escriban como un ser humano sigue siendo un desafío.
P. ¿El ordenador no ha dejado de ser mero instrumento para ser una máquina pensante?
R. Cuando hubo un gran boom de la inteligencia artificial mucha gente pensó que los ordenadores tenían que ser como un ser humano, con mucha inteligencia. Que se podía trabajar con los ordenadores del mismo modo que se trabaja con una secretaria, pero la gente se dio cuenta que es muy difícil trabajar con esas ideas. La gente tiene sentido común y los ordenadores no. Yo pienso en los ordenadores como en un papel y un lápiz, más como una herramienta que como un "agente inteligente".
P. ¿Es ciencia-ficción que los ordenadores puedan rebelarse contra su creador?
R. Me gusta mucho la ciencia-ficción. Solía ilustrar muy claramente la relación entre el hombre y las máquinas. Mi película favorita es Minority report, en la que aparecen muchas interfaces tangibles y a través de gestos, y en la que se muestra una visión bastante clara del futuro.
P. ¿Adónde nos llevará esta aventura?
R. La mayoría de la informática se va a convertir en algo muy transparente. La gente no tendrá que prestarle tanta atención y no tendrá que ser consciente de cómo utiliza la tecnología. Cuando escribes con un lápiz te quieres centrar en el contenido, no en cómo es el lápiz. El lápiz desaparece: es transparente.
P. ¿El arte y la tecnología son incompatibles?
R. Afortunadamente, no. Estamos haciendo muchos esfuerzos para atraer arte y diseño en los desarrollos de ciencia y tecnología. Para que la tecnología sea útil y significativa tenemos que entender el placer estético. Mi grupo está compuesto por ingenieros que son a la vez grandes artistas y grandes diseñadores.
El pincel de entradas-salidas y el ábaco
Hiroshii Ishii fundó el Tangible Media Group del Media Lab, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en el que propone una nueva visión de la forma de relación entre los humanos y los ordenadores.
Ishii es codirector del Consorcio Things That Think (Cosas Que Piensan), centrado en la creación y el desarrollo de imaginativos objetos y ambientes digitalmente aumentados. Ishii piensa que la mayoría de la informática no va estar en el futuro sólo en el ordenador, sino en las cosas que manejamos todos los días, como la chaqueta, la silla, las gafas o el bolígrafo. El futuro convertirá esos objetos en interfaces. La informática no será sólo para trabajar. En ese sentido, Ishii se refiere al cepillo de entradas-salidas, con apariencia de pincel normal, pero que a diferencia de éstos crea tinta. El pincel aspira colores y los vierte sobre los espacios seleccionados. También, captando el movimiento de sus ojos, puede dibujar con animaciones dinámicas de ojos que pestañean. Es, lo que designa, la realidad aumentada.
El científico japonés está interesado en encontrar nuevos medios de expresión para creadores y niños. Con el pincel de entradas-salidas los niños se dan cuenta de que pueden pintar con cosas vivas, con imágenes en movimiento. Mientras que los grandes artistas como Picasso, Dalí o Chagal utilizaban tinta normal, el pincel de entradas-salidas plantea "una nueva tinta dinámica", que puede servir para que las nuevas generaciones creativas generen nuevas formas de arte. Según Ishii, no existe nada mejor para ver la diferencia entre los dos mundos que plantea la informática como confrontar el ábaco con el ordenador. En el ordenador, la interfaz separa. Por una parte, están los píxeles en la pantalla y por otra el control remoto, que son el teclado y el ratón. Mientras que en el ordenador la entrada y la salida están separadas, en el ábaco están unidas. Se ven los bits, que representan información, pero también se puede tocar y conventir en un mando. Hay un acoplamiento entre la entrada y la salida que para Ishii representa la idea clave de lo que es una interfaz tangible.
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