Los consejeros del CSN piden la dimisión de la dirección de la nuclear de Vandellòs
El vicepresidente admite ante el Congreso que el consejo reaccionó tarde al incidente
Los miembros del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no creen que los actuales gestores de Vandellòs II sean los más adecuados para poner en marcha la central. Los consejeros argumentaron ayer ante el Congreso que estos directivos permitieron durante más de 10 años la corrosión de la tubería que finalmente se rompió y supuso el incidente nuclear más grave desde 1992. Tres de los consejeros (propuestos por PSOE y PP) pidieron la salida de los directivos de la central. El cuarto, propuesto por CiU, apuntó a los dueños de la central, Endesa e Iberdrola. Además, admitieron que el CSN reaccionó tarde ante la avería, según dos diputados de la ponencia, celebrada a puerta cerrada.
Uno de los sistemas de refrigeración de la central de Vandellòs II (Tarragona) se fue degradando durante años sin que la central hiciese nada para evitarlo pese a que conocía el suceso desde 1993. El CSN ha criticado más la actitud de la central que la gravedad del incidente, pues nunca hubo riesgo para la salud ni para el medio ambiente. Finalmente, la tubería se rompió en agosto de 2004, pero la central siguió funcionando hasta marzo con permiso del CSN. El organismo acusó después a la nuclear de ocultar información y primar la producción sobre la seguridad, entre otras cosas. La central continúa parada.
La presidenta del CSN, María Teresa Estevan Bolea, propuesta por el PP, declaró en abril ante la ponencia del Congreso que investiga el suceso que había "perdido la confianza en la central". Ayer declararon el resto de consejeros. El vicepresidente del CSN, José Ángel Azuara, propuesto por el PSOE, afirmó que lo ideal sería un cambio en el equipo de gestión de Vandellós II: "La reparación de la planta debe llevarla a cabo un equipo con la confianza de que el explotador es el primer responsable de la seguridad. El cambio en la gestión de la central es importante".
Paloma Sendín, consejera a propuesta del PP, coincidió con Azuara, y afirmó que "no pueden continuar los que han gestionado la crisis", según el diputado de Izquierda Verde Joan Herrera. Julio Barceló, consejero a propuesta de CiU, señaló que la responsabilidad era más de las empresas propietarias que del gerente, Juan José Pérez Torrent: "El problema de la gestión es de actitud y no de aptitud", afirmó Barceló, en relación a que el gerente recibía órdenes de Endesa e Iberdrola, propietarias de la central.
El informe completo que realizaron los técnicos del del CSN (no el que envió al Congreso) vincula el incidente con la reducción de gastos. Pérez Torrent admitió ante los inspectores del consejo que el suceso "no tenía justificación". El CSN elaborará un informe para mejorar su actuación ante futuros incidentes, según la diputada socialista Rosario Velasco.
Azuara también reconoció en el Congreso que el CSN respondió con lentitud al incidente. El consejo ha publicado cinco informes distintos sobre el incidente, elevado dos veces la categoría del suceso y nunca ha obligado a parar a la central. Paloma Sendín coincidió en que el consejo había reaccionado tarde "y con criterios poco conservadores" al permitir que la central siguiese funcionando. La consejera Martínez Ten, propuesta por el PSOE, se defendió de las críticas del PP de que ella era la responsable porque estaba de guardia el día de agosto que se rompió la tubería. Según Martínez Ten, informó puntualmente a Estevan Bolea.
Los consejeros admitieron las discrepancias que mantienen con la presidenta. Según Azuara, los presidentes "tienden a pensar que sus atribuciones son mayores". Paloma Sendín insistió en que la presidenta envió el 21 de marzo un informe al Gobierno y al Parlamento que "no recogía las conclusiones" de los técnicos. Los consejeros la obligaron después a publicar otro informe más duro con la central pero no el original.
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