La Conferencia Episcopal se suma a la manifestación contra el matrimonio gay
La dirección del catolicismo rompe la tradición de no apoyar este tipo de movilizaciones
Finalmente, los obispos sí llaman abiertamente a manifestarse el próximo día 18 contra la legalización del matrimonio entre homosexuales. Los prelados rompen así una tradición largamente sostenida desde que en 1983 apoyaron las movilizaciones contra la primera reforma educativa del Gobierno de Felipe González, la llamada LODE. Pese a desmentidos anteriores, el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal acordó ayer una "nota" con el título La familia sí importa llamando a manifestarse para dar "una respuesta clara e incisiva" contra la reforma socialista.
La Conferencia Episcopal Española (CEE), como órgano colegiado de los obispos españoles, no convoca la manifestación contra la reforma del Código Civil que extiende el matrimonio a parejas del mismo sexo, pero la apoya desde ayer de manera inequívoca. El goteo de declaraciones de obispos pidiendo a sus fieles que se manifiesten por las calles de Madrid el próximo día 18 contra una reforma del Gobierno socialista que la jerarquía católica considera un ataque frontal a la familia ha obligado a la dirección de la CEE a pronunciarse públicamente, pese a que algunos de sus miembros, entre ellos el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo, no parecían partidarios de hacerlo. La influencia de este prelado, y probablemente la del presidente del organismo, el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, no han evitado la "nota" de apoyo a los manifestantes, pero sí rebajado el tono de la misma, dejando claro, para empezar, que la convocatoria no es idea suya, sino de una "organización civil", el Foro Español de la Familia.
"La corrupción"
La nota del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal no se remitió a los medios de comunicación hasta muy avanzada la tarde de ayer y provocó inmediatamente revuelo entre las numerosas organizaciones de católicos que se están movilizando desde hace varias semanas a favor o en contra de una manifestación con pocos precedentes. El Gobierno guardó silencio, pero habló en su lugar la dirección del partido que lo sustenta, el PSOE, asegurando que seguirá cumpliendo su programa electoral a pesar de manifestaciones que "se respetan". "Tal y como establece la Constitución, se legisla desde el Parlamento, que es el lugar donde reside la soberanía popular, y no desde otros centros de poder por muy respetables que estos sean", dijo el PSOE".
El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal está formado por su presidente, el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez Pérez; el vicepresidente y arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo; los arzobispos de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, y de Oviedo, Carlos Osoro, y el secretario general y portavoz, Juan Antonio Martínez Camino. El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, presidente de la CEE hasta marzo pasado, es vocal nato de este ejecutivo eclesiástico por ostentar el capelo cardenalicio.
La nota de la CEE se titula La familia sí importa.-como el lema de la manifestación- y empieza recordando que los obispos ya se habían manifestado en otras dos ocasiones contra esta reforma del Gobierno socialista, en un "juicio claramente negativo", pues "la legislación que se prepara supondría una corrupción tal del matrimonio en nuestras leyes, que esta institución vital e insustituible para las personas y para la sociedad dejaría de ser la unión de un hombre y de una mujer", dicen los prelados.
"Los obispos, en sus diócesis, han expuesto la doctrina católica a este respecto de modo nítido y reiterado. La sociedad, a través de diversas instancias, ha manifestado igualmente su rechazo de una legislación tan injusta y contraria a la razón. Entre las iniciativas sociales propuestas para la defensa de los derechos del matrimonio, de la familia y de los niños, una organización civil ha convocado a los ciudadanos a expresar su apoyo a estos derechos por medio de una manifestación convocada para el día 18 de junio en Madrid bajo el lema de La familia sí importa. La causa es justa. Nos hallamos ante una cuestión de la mayor trascendencia moral y social que exige de los ciudadanos, en particular de los católicos, una respuesta clara e incisiva por todos los medios legítimos. Los fieles laicos responden adecuadamente al desafío planteado cuando hacen uso de sus derechos democráticos a expresar su desacuerdo manifestándose pacíficamente. Es un modo legítimo de cumplir con su deber al servicio del bien común", sostiene la jerarquía episcopal
"¿Alguien puede probar que la Iglesia española esté perseguida?"
Dentro de la Iglesia católica no todos piensan secundar la manifestación del 18 de junio. Algunos, como la revista Reinado Social, editada por la Congregación de los Sagrados Corazones, opinan que es preferible "buscar puntos de apoyo" más que "organizar cruzadas" o "exacerbar ánimos". Se pregunta esta publicación, una de las más prestigiosas entre las editadas por el catolicismo español: "¿De verdad, con el corazón en la mano, y con un análisis mínimamente sereno de la realidad, alguien puede probar que la Iglesia española esté perseguida?".
La revista vierte su postura a través del editorial del último número, que lleva por título ¿Católicos a la calle?, en el que no trata de valorar la legitimidad o no de la convocatoria sino considerar su "oportunidad" dentro y fuera de la Iglesia. "Es peligroso dar gato político por liebre religiosa; o sea, so capa de manifestación católica, de desagravio a la Iglesia católica perseguida, arrimar el ascua de la fe a la sardina de la política partidista pura y dura. Si se diera el caso, y no faltan señales, eso se llama en castellano engañar y manipular", deduce la revista.
Además de esta consideración política, Reinado Social cuestiona la oportunidad de la convocatoria desde el punto de vista intraeclesial, al advertir del riesgo de "convertir en sima la brecha cada vez más profunda de la comunidad católica, con este tipo de manifestaciones". Y es que, según la revista, "mientras nos alejamos felizmente de las dos Españas, constatamos con preocupación el riesgo, si no de dos Iglesias, sí el de una polarización peligrosa de posiciones dentro de la Iglesia". El editorial constata que en las últimas décadas "hemos asistido a una división intra eclesial quizás sin precedentes en la historia".
La publicación explica también que la Iglesia da una imagen "mezcla de uniformidad y anarquía" y que en su seno existe una convivencia "nada pacífica de dos cosmovisiones profundamente diversas": una patriarcal-dogmática-clerical-monárquica e individualista, y otra diametralmente opuesta, que es fraterna-igualitaria-democrática-laica y carismática. La importante agencia de prensa IVICON, de la Conferencia Española de Religiosos, distribuyó ayer un resumen de este editorial.
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