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CRISIS EN BOLIVIA

La violencia estalla en la rebelión de Bolivia

El Congreso se traslada a Sucre para analizar la crisis y los indígenas ocupan pozos de petróleo

Fernando Gualdoni

Los violentos enfrentamientos entre civiles en los alrededores de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra han agravado la ya crítica situación de Bolivia. El mayor de los choques se produjo en la carretera a Cochabamba, donde un centenar de militantes autonomistas combatieron con palos y piedras a un número similar de campesinos que bloqueaban el paso. Hubo una decena de heridos y una treintena de detenidos. Mientras las escaramuzas se repetían en otros caminos, grupos de indígenas tomaron ocho instalaciones petroleras. El presidente dimitido, Carlos Mesa, hizo un llamamiento desesperado al Congreso para que facilite un adelanto electoral y se evite un "derramamiento de sangre".

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Santa Cruz es la provincia rica, la que tiene el petróleo y el gas, y su petición de autonomía es en gran medida el origen de la crisis que vive Bolivia. El presidente del Parlamento, el senador Hormando Vaca Díez, es cruceño y ayer preparaba desde su ciudad la reunión que hoy celebrarán en la capital, Sucre, los legisladores bolivianos para decidir si aceptan la dimisión del presidente Mesa y aprueban el procedimiento constitucional para la convocatoria de elecciones anticipadas.

Los campesinos, indígenas del norte amazónico y gente del movimiento de los sin tierra intensificaron los bloqueos de las carreteras cruceñas para aumentar la presión sobre la ciudad y sus dirigentes. La acción, lejos de amedrentar a los políticos, provocó duros enfrentamientos con miembros de la Unión Juvenil Cruceñista, un grupo radical que aglutina a los cruceños más autonomistas. En uno de los bloqueos, el de la localidad de Santa Martha en la carretera hacia Cochabamba, se vivió una verdadera batalla campal que se saldó con una decena de heridos y una treintena de detenidos. Esta carretera quedó despejada tras los incidentes, pero al menos otras tres siguen bloqueadas.

"Tras dos semanas de barricadas no es fácil contener la ira de la gente", afirma Lorgio Balcázar, gerente del Comité Cívico de Santa Cruz, el organismo que ha impulsado el referéndum de autonomía. "Cuando ves que tus productos se pudren en los camiones detenidos por unas personas sentadas en la carretera, que no hacen nada sino beber alcohol, es difícil quedarte cruzado de brazos. Es la policía la que debería intervenir, pero lo hace cuando ya se ha producido el enfrentamiento. A esto es a lo que nos ha llevado Mesa, a la anarquía", añade. Balcázar no tiene dudas de que si los bloqueos se intensifican, habrá más violencia.

En el norte de la provincia, campesinos e indígenas ya han ocupado ocho plantas de extracción petrolera, la mayoría de ellas operadas por filiales de Repsol YPF y de British Petroleum. "La situación es preocupante", dice Ronald Fesi, de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos. "No sólo es la ocupación de los yacimientos, también se han cerrado algunas válvulas de paso de los gasoductos menores. El que va hacia Chile, por ejemplo, está cerrado", añade.

La presión para que Vaca Díez se quite del medio y permita que haya elecciones presidenciales es muy fuerte. La Constitución boliviana prevé una cadena de dimisiones para abrir el camino al proceso: debe irse el presidente y después el vicepresidente (Carlos Mesa cuenta por ambos, ya que asumió en lugar del depuesto Sánchez de Lozada en octubre de 2003), luego tiene que hacerlo el presidente del Senado (Vaca Díez), y después, el de la Cámara de Diputados (Mario Cossío). Finalmente, el presidente de la Corte Suprema (Eduardo Rodríguez) asumiría el poder provisional con el único fin de convocar elecciones.

Fuentes del partido del líder indigenista Evo Morales, el Movimiento al Socialismo, sostienen que Vaca Díez aceptó poner en marcha este orden sucesorio tras la mediación de la Iglesia, pero que ahora se ha echado atrás y que su partido, el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, ha fraguado una alianza con los otros dos grandes grupos tradicionales, el Movimiento Nacionalista Revolucionario, del ex presidente Sánchez de Lozada, y Nueva Fuerza Republicana, para convertir al senador en presidente. Los tres grupos suman 90 parlamentarios de un total de 157.

Por ello, y ante el temor al recrudecimiento de la violencia, el presidente Carlos Mesa apareció en televisión para hacer un llamamiento desesperado. "Hormando, como persona, como político, como un hombre que te conoce de tiempo, mi exhortación personal: en tu mano está mostrarle a todo el país un rasgo de generosidad que te hará mucho más próximo a este pueblo que seguir insistiendo en un camino imposible", declaró. El presidente interpeló directamente a Vaca Díez: "Te lo pido no por mí, sino por el país (...). Me quedan horas como presidente y estoy tratando de evitar un derramamiento de sangre".

Decenas de manifestantes descienden desde la ciudad de El Alto en dirección a La Paz.
Decenas de manifestantes descienden desde la ciudad de El Alto en dirección a La Paz.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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