La levantá de atunes vuelve a Sancti Petri

Los viejos pescadores de Chiclana de la Frontera (Cádiz, 65.000 habitantes) aún recorren con nostalgia el vetusto y ruinoso poblado pesquero de Sancti Petri, y se emocionan cuando atisban en el horizonte el islote detrás del que capturaron durante décadas el atún rojo mientras cubría sus periplos anuales de aguas oceánicas hasta el Mediterráneo, y viceversa. La misma fotografía de la levantá, extinguida en 1973, se repetirá el próximo año gracias a la recuperación de la almadraba que han auspiciado conjuntamente el Ayuntamiento chiclanero y la empresa Pesquerías de Chiclana. La captura del atún generará ochenta nuevos puestos de trabajo los seis meses de la campaña y se convertirá en un nuevo reclamo turístico de este municipio.

El Ministerio de Agricultura y Pesca adjudicó recientemente a esta sociedad, que ya gestiona otras cuatro almadrabas en Conil, Barbate, Zahara de los Atunes y Tarifa, la explotación de la actividad almadrabera en el poblado de Sancti Petri. De esta manera, este municipio costero recuperará un pedazo de su historia más añeja que perdió hace tres décadas y afianza su papel de motor económico de la Bahía gaditana gracias a su pujanza en el turismo, la construcción, el comercio y ahora la actividad pesquera. Este proyecto permitirá crear ochenta puestos de trabajo directos -la mayoría del propio municipio-, e inducirá una actividad indirecta en tierra difícil de calcular en estos momentos.

El poblado se erigió desde 1929 como sede de una de las almadrabas más productivas del litoral de la provincia de Cádiz. La actividad pesquera fue intensa hasta que el Ministerio de Defensa expropió en 1973 estos terrenos por ser de interés para la defensa nacional y estableció en este lugar una línea de tiro donde desarrolló frecuentes maniobras militares. En este municipio aún no se explican cómo se finiquitó una actividad muy rentable para decenas de familias chiclaneras que se quedaron sin trabajo.

Con todo, ya sólo queda pendiente el permiso de Costas para que la empresa inicie el calado de la zona costera con las boyas y las anclas que se almacenarán en una gran nave de 1.500 metros cuadrados. En esta construcción, que se levantará cerca del antiguo poblado pesquero, se almacenarán todos los utensilios de la almadraba. También resta que la Empresa Pública de Puertos de Andalucía (EPPA) autorice ampliar el muelle pesquero del caño Alcornocal de Chiclana mediante la colocación de pantalanes auxiliares para que los buques puedan descargar las capturas.

El 80% de los atunes capturados se exportarán a países europeos o al mercado asiático como producto congelado de calidad. Sólo una quinta parte se venderá directamente en el muelle o para el consumo de los restaurantes, según ha detallado José Diego Ramírez, uno de los responsables de Pesquerías del Sur. "En cuanto Costas nos conceda el permiso, comenzaremos a instalar las anclas y las boyas en el punto exacto de calado que hace varias décadas", aseguró.