El interés de un forastero por la memoria
A Richard Barker, profesor de Filología de la Universidad Wisconsin-Stevens Point (EE UU), le conocen en Castilleja del Campo como Ricardo. El aspecto de este estadounidense de barba blanca y piel rosada resalta entre los vecinos de un pueblo que ya le conococe bien. Porque Ricardo está casado con una vecina del municipio y lleva años veraneando allí.
El interés del filólogo Barker por los episodios más oscuros de la Guerra Civil española en el pueblo de su mujer, comenzó "casi por casualidad" en el verano de 1986. "Un día, mientras iba sacando fotos me topé con una persona muy mayor. Nos sentamos bajo una higuera y comenzó a hablarme de lo ocurrido justo cincuenta años atrás".
A partir de entonces Barker dedicó cada verano a entrevistar a los vecinos para reconstruir las piezas de un puzzle que habían estado separadas y ocultas durante décadas. Ayer hizo justo un año de que Ricardo reuniese en un acto a los vecinos de Castilleja y pusiese nombre a cada uno de los asesinados. En esa lista se encuentra el abuelo de Noelia Rodríguez, concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, que acudió también a la inauguración de la placa conmemorativa del cementerio.
El interés de los hispanistas anglosajones por la guerra española es conocido. El caso de Hugh Thomas o Paul Preston son los más conocidos. "Tenemos nuestras razones. El papel de las Brigadas Internacionales [milicias de voluntarios organizados por la Internacional Comunista que marcharon a España a luchar en favor de la República] fue muy importante para nosotros. En Wisconsin, donde resido, conozco a un antiguo miembro de las Brigadas, que aún recuerda perfectamente lo ocurrido".
Cada llegada de Ricardo es casi un acontecimiento en el pueblo. Allí le reciben con claros gestos de generosidad. Para sus desplazamientos, un vecino le ha prestado una furgoneta. Y en la ventanilla trasera cuelga la bandera tricolor republicana.
