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Anthony Caro alienta la "excitante relación" entre escultura y arquitectura

El artista británico presenta 28 grandes piezas y 20 maquetas en una exposición en el IVAM

Ferran Bono

El escultor británico Anthony Caro, de 81 años, reconoció ayer como uno de los caminos creativos más estimulantes la "fuerte y excitante" relación entre la escultura y la arquitectura. Esta disciplina ha ampliado las posibilidades de la primera, ha transmitido la idea de la ocupación del espacio en la escultura, que "antes era algo en lo que tú estabas fuera", apuntó Caro, mientras señalaba su obra La torre, a la que el público puede acceder. Se trata de una de las 28 esculturas de gran tamaño que componen la exposición inaugurada ayer en el IVAM y que se exhibe hasta el 4 de septiembre.

"De joven me influyó Henry Moore, y después, Picasso, Bacon y Dubuffet"
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La exposición repasa la producción de Caro desde los años sesenta hasta la actualidad, lo que permite ofrecer una panorámica, si no completa, sí representativa de las distintas etapas creativas por las que ha pasado este escultor, considerado "uno de los más importantes de la segunda mitad del siglo XX", en palabras del estudioso y asesor artístico de la muestra Andrew Dimpsey.

La obra más monumental, denominada Promenade, compuesta por varias piezas enormes, se ha instalado en la explanada del IVAM, a pocos metros de la calle, estableciendo un diálogo entre ellas y la austera y sobria arquitectura de la fachada del Instituto Valenciano de Arte Moderno.

Caro exhibió su aprecio por la arquitectura hasta el punto de afirmar que está "más interesado por el pensamiento de los jóvenes arquitectos que por el de los jóvenes escultores". "Lástima que no se formen juntos", añadió el escultor. También dijo echar de menos la docencia que impartió más de 20 años por el disfrute y el aprendizaje que obtenía del contacto con los artistas más jóvenes.

El artista octogenario, que ha trabajado con arquitectos como Frank Gehry o Norman Foster, abundó en las virtudes del pensamiento arquitectónico aplicado a la escultura y en las posibilidades que surgen de un trabajo conjunto. Con Foster, por ejemplo, ha colaborado en la construcción del Millennium bridge, el puente londinense que une la Tate Modern con el barrio de St. Paul.

Solícito y de buen humor, Caro se paseó por entre sus esculturas atento a las demandas de los fotógrafos y respondiendo a los informadores que si sus obras son muy diferentes entre sí, de estilos y materiales diversos, es porque no quiere "aburrirse" y porque continuamente busca "experimentar cosas nuevas".

Empezó a experimentar con otro tipo de arte cuando entró a trabajar como asistente de Henry Moore. Corrían los primeros años de la década de los cincuenta y el descubrimiento del arte abstracto, del constructivismo ruso, de Giacometti y de la escultura de Pablo Picasso, de Julio González y de David Smith marcarían su posterior trayectoria. "Era muy joven, y claro que estuve influido por él [por Moore]. Es natural. Después empecé a mirar a otros, a Picasso, Bacon, a Dubuffet, y de repente todos estos entraron en mi conciencia", manifestó.

También declaró ayer su admiración hacia Eduardo Chillida y Julio González. El encuentro con el hierro fue, no en vano, decisivo en su producción. "El hierro se puede quitar y poner de manera muy fácil; es un material muy directo, simple. Se puede trabajar con él sin bocetos, como si estuvieras pintando. Resuelve problemas al escultor. Otros materiales no son tan sencillos. Al día siguiente puedes decidir si quitar o no una parte", indicó Caro.

La exposición del IVAM, patrocinada por la entidad financiera Bancaixa, reúne 16 obras que se han exhibido recientemente en la muestra con la que la Tate Britain ha celebrado el 81º aniversario de Caro. Además de las 28 esculturas, se exhiben en Valencia una treintena de maquetas. No se trata de una retrospectiva, porque es prácticamente imposible hacerla, "porque se necesitaría un espacio similar al del Puerto de Valencia".

Distinguido con numerosos premios internacionales, Caro destaca entre los escultores contemporáneos en su desafío a la tradición del pedestal, el utilizar el suelo como base, con el fin de involucrar más íntimamente al espectador en el espacio de la escultura.Ha trabajado con todo tipo de materiales, siendo determinantes en su trayectoria sus estancias en Estados Unidos, donde conoció a David Smith, introductor de las obras de hierro soldado en el país norteamericano. Caro abandona la tradicional escultura en metal para construir obras abstractas a partir de materiales industriales.

"Contemplando la obra de Anthony Caro observamos que donde termina el alma del autor comienza la de su producción, creando una fuente de placer estético capaz de suscitar intensas emociones en el espectador", indicó la directora del IVAM y comisaria de la exposición, Consuelo Ciscar.

El catálogo de la exposición reproduce todas las obras y contiene textos de Kosme de Barañano, ex director del IVAM, y del conservador del museo, Josep Salvador, entre otros.

Anthony Caro, ayer, junto a su obra <i>La torre,</i> accesible al público, que se exhibe en el IVAM.
Anthony Caro, ayer, junto a su obra La torre, accesible al público, que se exhibe en el IVAM.CARLES FRANCESC

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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