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Kirchner modera su discurso ante las legislativas de octubre

El presidente argentino, con un alto grado de popularidad, reta a los 'piqueteros'

Jorge Marirrodriga

Cuando se cumplen dos años de la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia argentina y a pocos meses de las elecciones legislativas del 23 de octubre, el mandatario argentino ha iniciado un perceptible cambio de rumbo hacia la moderación en sus intervenciones públicas, con afirmaciones que contrastan con la línea más contundente y polémica sostenida hasta el momento tanto en cuestiones de política interna como de relaciones internacionales.

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Con una popularidad personal del 70% y un apoyo a su Gobierno del 63,7% en las encuestas, Kirchner ha abandonado el tono beligerante y, como ejemplo más significativo, ha criticado por primera vez los bloqueos de calles y carreteras como forma de protesta, seña de identidad del movimiento piquetero.

En declaraciones a una emisora de radio, el presidente señaló que "una verdadera libertad debe desistir del procedimiento de cortar las calles". El pasado marzo, Kirchner en persona animó al bloqueo físico contra las gasolineras de la petrolera Shell por una subida en el precio de los combustibles.

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En la misma línea, ha reconocido que los ahorradores que no aceptaron el canje de la deuda externa han generado una situación que deberá resolverse, mientras que hasta ahora la línea oficial para quienes no habían entrado en la operación era sencillamente la pérdida total de sus inversiones.

"Creo que esto, sobre el todo el tema del orden en las calles, Kirchner ya lo pensaba con anterioridad y ahora lo ha puesto en marcha. El problema es que Argentina tiene una sociedad contradictoria que, por un lado, pide orden, pero al mismo tiempo no tolera ni un muerto más por represión policial", señala el analista político Joaquín Morales Solá, para quien ahora "está apareciendo en público el Kirchner que antes sólo se veía en las conversaciones privadas". Morales Solá añade que también existe un motivo electoral en este cambio de discurso. Dos populares políticos, Ricardo López-Murphy y Mauricio Macri han formado una alianza de centro-derecha que se presenta como la principal oposición al peronismo y acusa al presidente de tener un doble discurso. "Kirchner quiere arrinconar esa alianza en la derecha y para eso debe centrar su discurso", explica Morales Solá.

Otro aspecto en el que se aprecia un cambio de rumbo del presidente argentino es en las relaciones exteriores. A pesar de las fotos oficiales en diferentes encuentros que ratifican la existencia del llamado eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires, cada vez son más frecuentes los desencuentros entre Kirchner y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, especialmente en lo referido al papel preponderante de la economía brasileña en el Mercosur, que provoca las quejas de los empresarios argentinos.

De hecho, Argentina quiere imponer un sistema de salvaguardias para sus productos, iniciativa que desde el lado brasileño ha sido contestada con una amenaza similar, algo que de confirmarse supondría un paso atrás en la integración regional y que está produciendo numerosos roces entre ambas administraciones.

La última chispa se produjo el lunes durante una visita de Lula a Tokio, en la que el presidente brasileño dijo que había que tener "paciencia y tolerancia" con los argentinos. La frase es condescendiente y, para más inri, Lula utilizó una palabra con doble sentido que permitía traducir la oración como "hay que tener pelotas para aguantar a los argentinos". El principal periódico de Brasil, la Folha de São Paulo, aseguraba ayer que esta última interpretación es "un error de traducción".

En cuanto a Hugo Chávez, Kirchner continúa dando su apoyo al presidente venezolano, "pero ha tomado distancia respecto al presidente venezolano, aunque no puede hacerlo demasiado porque Argentina tiene una dependencia energética respecto a Venezuela", apunta Morales Solá.

Como parte de este distanciamiento, Kirchner ha advertido de que Venezuela tiene "un problema con el país más importante del mundo", y precisamente sobre EE UU el presidente argentino ha reconocido en los últimos días que Washington ha tenido una actitud "positiva y prudente" frente a Buenos Aires.

En cuanto al otro gran adversario de EE UU en el continente, la Cuba de Fidel Castro, el presidente argentino ha insistido que tiene una visión "diferente" en materia de derechos humanos, aunque Argentina condena el bloqueo estadounidense. No obstante, La Habana y Buenos Aires mantienen un contencioso sobre el llamado caso Hilda Molina, una doctora cubana con hijos y nietos argentinos a quien el régimen cubano no permite abandonar la isla. Kirchner ya suspendió un viaje oficial a La Habana y el domingo confirmó que por el momento no piensa viajar a la isla.

Néstor Kirchner, en el Congreso argentino el pasado mes de marzo.
Néstor Kirchner, en el Congreso argentino el pasado mes de marzo.EFE

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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