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Reportaje:REFERÉNDUM EUROPEO | Análisis

Retrato del voto en Francia

Los jóvenes y trabajadores optaron por el 'no'; las clases medias y los votantes con más ingresos y formación apoyaron el 'sí'

Los franceses han votado contra la Constitución europea pero, en un 72%, quieren seguir profundizando la construcción de la UE. Incluso entre quienes votaron no, el europeísmo es mayoritario, en un 57%. Eso se explica, entre otras razones, porque el no ha sido mayoritariamente de izquierdas. "De cada 100 votos negativos, 55 pertenecen a personas que votaron por la izquierda en las últimas elecciones", explica Pierre Giacometti, director general de IPSOS, una sociedad de sondeos de opinión, quien sitúa en el campo del no a jóvenes, activistas y asalariados.

La tipificación del voto del no "es distinta que en España". "En Francia han votado en contra de la Constitución los jóvenes, activos y asalariados mientras que en el campo del nos encontramos con jubilados o con profesiones liberales y gente con un buen nivel de ingresos y acceso a la cultura e información. En España el sí era popular y joven".

El europeísmo es mayoritario incluso entre los que votaron 'no', según los sondeos
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Para Giacometti el voto del pasado domingo es la culminación de un proceso que empezó en 1984. "Fue entonces cuando irrumpió el Frente Nacional (FN) en el panorama político francés. Y el voto protestatario, que ahora es mayoritario entre la izquierda, no ha dejado de crecer".

La tentación de explicar el éxito del no en clave interna, estrictamente francesa, es grande pero no resuelve todos los problemas. "Es verdad que el 29 de mayo es la última réplica del terremoto vivido por el país en abril del 2002, cuando Jospin fue eliminado de la primera vuelta de las presidenciales a favor de Le Pen. Entonces los principales damnificados estaban en la izquierda, ahora el campo de ruinas alcanza todo el arco parlamentario", dice el director de IPSOS para luego detallar la motivación de voto entre quienes dijeron no a la Constitución: "Entre la izquierda, el principal motivo para votar en contra ha sido la inquietud ante el panorama económico y social, el segundo el percibir el texto constitucional como demasiado liberal y el tercero la convicción de que es posible renegociar el acuerdo. Para la derecha la principal razón para decir no ha sido la amenaza del ingreso de Turquía, la segunda una hipotética pérdida de la identidad francesa y la tercera un futuro que aparece demasiado cargado de nubarrones". Esos temores prueban que los partidarios del no, tanto los de derecha como los de izquierda, supieron encontrar los argumentos adecuados para convencer a su electorado específico. "Los defensores del han estado mucho menos hábiles. Quienes quieren reforzar la UE entre la izquierda dicen desearlo para constituir un bloque que pueda hacer frente a EE UU y a China pero esa fue una cuestión que los políticos apenas abordaron".

Las campañas se ganan pero también se pierden y entre las causas de las derrotas siempre figuran en buen lugar los errores. "Lo peor fue cuando Chirac dijo que no se puede ser europeo y votar no. A continuación, se insistió mucho en que no se puede renegociar y las dos frases equivalen a decirle a la ciudadanía que tiene que elegir entre y sí". Para Giacometti, la puntilla la dio Giscard dos días antes del voto al proponer que "si gana el no, se vote de nuevo". "La clase política aparece totalmente ajena a las preocupaciones de las bases, dispuesta a imponer como sea su punto de vista".

Las interpretaciones apresuradas prefieren imaginar una Francia patriotera, ensimismada en su ensoñación de la grandeur perdida, pero ese retrato nos remite a un país que existe pero es minoritario. "Las encuestas prueban que los franceses deseaban una Unión Europea con más poder, capaz de tener una política exterior, de intervenir de forma autónoma en el área de Defensa, con un presidente elegido a través de sufragio universal. Y esa idea incluso es compartida por una pequeña franja del FN".

A nadie se le escapa que hoy el espejo que supone la Asamblea Nacional no refleja en absoluto al pueblo que quiere representar. Partidos como el FN carecen de diputados cuando obtienen muchos más votos que el PCF, que cuenta con grupo parlamentario. El presidente de la República, en abril de 2002, en la primera vuelta, sólo fue votado por el 19% de franceses, la mayoría absoluta de la conservadora UMP sólo logró el 16% en las últimas regionales y los trotskistas, que rondan el 5%, sólo pueden hacerse oír a través de los movimientos sociales. "La V República es un Régimen al que ya es casi imposible encontrarle el pulso", sentencia Giacometti. A veces las agonías son largas y complicadas.

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