Escritores y amigos recuerdan la faceta más humana de Carmen Martín Gaite

Escritores, lectores y, sobre todo, amigos rindieron ayer un emotivo homenaje a Carmen Martín Gaite en la Feria del Libro de Madrid con motivo de la publicación del diario inédito de la autora, Visión de Nueva York (Círculo de Lectores / Siruela). Un libro en que la escritora y ensayista plasmó a modo de collage las reflexiones e impresiones sobre su vida neoyorquina, así como sus contactos con la sociedad norteamericana de la época. En el acto intervinieron Mari Cruz Seoane, Joan Brown, José Teruel y Soledad Puértolas, que recordaron la faceta más humana de la escritora salmantina.

"Era una gran escritora, pero a la vez una vividora". Así recordó ayer Soledad Puértolas a su amiga Carmen Martín Gaite, en el homenaje que se celebró en la Feria del Libro de Madrid y que congregó a numeroso público. Puértolas, que conoció a la autora de Caperucita en Manhattan, pocos meses antes de que ésta emprendiera el viaje a Estados Unidos, se refirió a la faceta más humana de Martín Gaite; una mujer que le enseñó que la literatura es cercanía y no lejanía, y que sorprendió a esta escritora zaragozana, cuando "Carmen se mostró nerviosa y preocupada por estar guapa" cuando recibió el Príncipe de Asturias.

"Las imágenes que guardo de ella son también un collage. Me quedo, como legado personal, con la frase que me dijo mientras miraba melancólica por las ventanas del Círculo de Bellas Artes: 'No tenenos que deprimirnos Soledad, porque tenemos las palabras".

Igual de emotivos fueron los recuerdos del cineasta José Luis Borau, con quien la autora de El cuento de nunca acabar y Cuadernos de todo compartió un mes en Los Ángeles: "Venía muy excitada a mi casa, primero porque estaba en Estados Unidos; segundo porque tenía gran afición por el cine. Para ella venir a la meca del cine era como un reto". El libro, según el director de cine, recoge imágenes y anotaciones sobre películas que vieron juntos por aquel entonces.

"Con este cuaderno todos pueden aprender sobre EE UU; no sólo los españoles, sino también los propios norteamericanos". Así lo entiende la estudiosa de la obra de la escritora salmantina, la estadounidense Joan Brown, quien comentó que Carmen Martín Gaite le enseño su propio país: "Lo primero que me dijo cuando la conocí es que Manhattan era un jamón. Y es verdad, la forma geográfica es la de un jamón, hasta entonces nunca me había fijado".

Las anécdotas sobre el carácter literario de la obra estuvieron a cargo de José Teruel, que calificó Visiones de Nueva York como "un ensayo sobre expresiones múltiples que obtiene el narrador cuando lo enfoca desde distintos puntos de vistas". Según Teruel, "las obras inacabadas de Martín Gaite suelen ser las más acabadas".

Visiones de Nueva York ha visto la luz gracias a los rastreos de la hermana de la autora, Ana, presente también en el homenaje y quien escribe la nota preliminar de la obra. El cuaderno, creado entre 1980 y 1981 y destinado a su hija Marta, que falleció en 1995, nació como homenaje a Ignacio Álvarez Vara y al pintor Edward Hopper. Dos figuras para Martín Gaite responsables de su acercamiento y visión sobre la Gran Manzana. El cuaderno fue elaborado a manera de collage, con recortes de periódicos, fotografías y con anotaciones escritas en el centro de las páginas y otras dispersas por los márgenes.