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Unos 140 médicos de Barcelona han denunciado desde 2004 haber sido agredidos por sus pacientes

La mayoría de episodios de violencia se dan en los ambulatorios abiertos las 24 horas

Cerca de 140 médicos de Barcelona han denunciado desde enero de 2004 haber sido víctimas de agresiones físicas o verbales por parte de pacientes o de acompañantes de éstos. La mayoría de las agresiones (cerca del 70%) se han producido en los ambulatorios, principalmente en los de atención continuada (abiertos las 24 horas) y en horario de tarde y noche. Estas cifras ponen de manifiesto la magnitud de un problema creciente que los médicos señalan como una de sus mayores preocupaciones, según el Colegio de Médicos de Barcelona.

Las agresiones en el lugar de trabajo preocupan a los facultativos no sólo por las consecuencias que estas acciones violentas puedan tener sobre su salud física o psíquica, sino también por el deterioro que generan en la calidad asistencial, según explicó ayer la directora del área de praxis del Colegio de Médicos de Barcelona, Magda Martínez. Los profesionales sanitarios agregan que la violencia en su entorno laboral les genera desmotivación y fomenta las bajas laborales.

Además de editar una guía para ayudar a los facultativos a prevenir las agresiones y a manejarlas, el Colegio de Médicos de Barcelona instauró a principios del año pasado una póliza obligatoria para sus 30.000 colegiados que cubre los gastos económicos de asesoramiento y de atención judicial si la agresión llega a los tribunales. El área de praxis del Colegio atendió en 2004 un total de 98 agresiones, a las que se suman otras 40 ocurridas desde enero de 2005.

El 57% son hombres

Del análisis de los incidentes ocurridos el año pasado, el Colegio de Médicos de Barcelona ha observado que los episodios de violencia en la consulta afectan más a los hombres que a las mujeres. Así, el 57% de los facultativos agredidos son hombres, frente al 41% de las mujeres. Del total de 98 agresiones, 74 ocurrieron en los ambulatorios de atención continuada, mientras que el resto se produjeron en los hospitales, principalmente en los servicios de urgencias o en las unidades de psiquiatría.

El Colegio de Médicos intenta evitar la judicialización de las agresiones sufridas por los facultativos a través de la mediación, u otros recursos, como la expulsión del agresor del centro asistencial donde ha cometido el acto violento. Sin embargo, en 28 casos no se ha podido evitar que el incidente llegara al ámbito judicial. Magda Martínez señaló ayer que los tribunales han dictado por el momento ocho sentencias condenatorias contra el agresor y dos absolutorias, aunque éstas han sido recurridas por el colegio.

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Martínez destacó que en ocasiones, principalmente en las urgencias hospitalarias, el acompañante del paciente es el autor del acto violento contra el facultativo. Los motivos que llevan a un paciente o a su acompañante a agredir a profesionales médicos son múltiples, aunque el Colegio de Médicos apunta que la angustia que genera una espera larga en un servicio de urgencias o la masificación en las puertas de las consultas contribuyen a desencadenar estas situaciones violentas. Varios médicos aseguran haber recibido amenazas o incluso agresiones físicas al haber denegado una baja laboral o por haberse negado a prescribir un fármaco solicitado por el paciente.

Los profesionales de enfermería tampoco se escapan de las agresiones de pacientes. Según el sindicato de Enfermería de Cataluña SATSE, ocho de cada diez enfermeros han sido agredidos física o verbalmente.

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