Crece la euforia entre los grupos de izquierda partidarios del 'no' en Francia
Los sondeos indican que se reducen el número de indecisos y la distancia entre los dos bloques
Los defensores del tratado constitucional europeo se baten a la defensiva. En Francia, a una semana del referéndum, en el campo del no de izquierdas crece la euforia. La ultraderecha, también contraria a la Carta Magna, guarda discreción para no hacerse evidente. La última encuesta, conocida ayer, la de IFOP para Journal du Dimanche, reduce a cuatro puntos la ventaja del no, que ganaría por un 52% contra un 48%. La consulta parece haberse convertido definitivamente en un desafío a la clase política francesa, que en los mítines es acusada reiteradamente de elitista.
En la plaza de la República, en París, se concentraron ayer miles de personas en una gran fiesta que duró todo el día, en la que se alternaban los discursos contra la Carta, las declamaciones poéticas y los números musicales. Los asistentes representaban un amplísimo espectro de la sociedad francesa, desde obreros jubilados, nostálgicos del marxismo-leninismo; raperos de todos los mestizajes; antimundialistas, hasta jóvenes militantes de todas las extremas izquierdas. Pero, sobre todo, había familias pertenecientes al segmento más central de la sociedad francesa, y todos dispuestos a votar no por muchas razones, pero sobre todo para castigar al Gobierno y al presidente, Jacques Chirac, que hace poco cumplió una década en el palacio del Elíseo.
La fiesta, bajo el lema El no de todas nuestras fuerzas, había sido organizada por una agrupación de colectivos por el no de izquierdas, entre los que figuraban ATTAC, el colectivo Ecolo, la Confédération Paysanne, la Fundación Copérnico, Fuerza Militante, el Partido Comunista Francés, las Juventudes Comunistas, la Liga Comunista Revolucionaria, el Movimiento Republicano y los socialistas por el no, entre otros. La lista de oradores estaba encabezada por la secretaria nacional del Partido Comunista, Marie-George Buffet, junto a la verde Francine Bavay (Verts), el senador socialista Jean-Luc Mélenchon, el líder trotskista Olivier Besancenot y el inconfundible líder campesino antiglobalizador José Bové. No a la Constitución ultraliberal fue el lema más repetido.
Quien no acudió fue el autoproclamado jefe del no, el ex primer ministro socialista Laurent Fabius, aunque se las arregló para estar presente en la fiesta. En una entrevista a Le Monde aseguraba que el Gobierno de Jean Pierre Raffarin tiene un plan C si gana el sí a la Constitución, consistente en "una serie de medidas retardadas" que irían desde el aumento del precio del gas a la reducción del número de funcionarios, pasando por el control y las sanciones a los parados que no acepten los trabajos que se les proponen, o la resurrección de la famosa directiva Bolkestein sobre la liberalización de servicios de la Unión Europea, que ha sido uno de los espantajos más usados contra el texto constitucional, aunque todos reconozcan que no figura en el tratado.
Los partidarios del sí encontraron algo de alivio en la última encuesta de IFOP para Journal du Dimanche, que reduce el no de un 54% a un 52%, una bajada de dos puntos en una semana, pero que es la sexta consecutiva que da la victoria a quienes rechazan el tratado constitucional. Un 78% de los encuestados manifiestan haber tomado ya una decisión definitiva sobre el sentido de su voto, y un 22% admite que todavía podría cambiar de opinión. Respecto al anterior sondeo, el número de indecisos se ha reducido en seis puntos.
El primer ministro, Jean Pierre Raffarin, protagonizó un mitin por el sí en el Palacio de Deportes de París. "No tengamos miedo", les dijo Raffarin a sus seguidores. "En nombre de todos los jóvenes de Francia os pido que os abráis a Europa", añadió.
Por su parte, Nicolas Sarkozy protagonizó un acto a favor de la Constitución en Rennes, y volvió a insistir en su tesis de que la Carta es la mejor garantía de que Turquía nunca ingrese en la UE.
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