Mohamed VI reconoce en un discurso que amplias capas de la población marroquí viven en la pobreza

El rey Mohamed VI levantó acta, en un discurso pronunciado el miércoles por la noche, de la pobreza que padecen buena parte de los marroquíes y anunció una iniciativa para tratar de mitigarla.

"Amplias franjas de la población marroquí viven en condiciones difíciles e incluso en una situación de pobreza y marginación incompatible con las condiciones de una vida digna y decente", declaró.

Convencido de que la "mejora social no puede depender de la ayuda puntual o de la acción caritativa espontánea (...)", el monarca anunció una gran iniciativa para el desarrollo humano, que abarca a 610 ayuntamientos rurales y zonas urbanas paupérrimas. "Nuestros medios son limitados, pero no es una razón para resignarse", añadió.

Recién cumplido el segundo aniversario de los atentados islamistas del 16 de mayo de 2003, que causaron 45 muertos en Casablanca, el jefe del Estado advirtió, de nuevo, en su alocución "contra el aprovechamiento de la miseria social para alcanzar objetivos políticos, o para alimentar veleidades extremistas, o para fomentar un sentimiento de pesimismo y derrotismo".

Marruecos ocupa el puesto 125 entre 177 países por su nivel de desarrollo humano, según el índice establecido anualmente por Naciones Unidas.

Su mal lugar se debe, en buena medida, a que un 20% de los marroquíes vive en una situación de pobreza absoluta; más de la mitad de sus adultos son analfabetos y el acceso al sistema médico es harto difícil en las zonas rurales, donde reside el 46% de la población.

Corregir esta situación, como anunció el rey, es prácticamente imposible mientras persista la mala racha económica.

El déficit presupuestario, que en un principio iba a rondar el 6% en 2005, se va a disparar. A ello se añade que la sequía provocará una disminución del 40% de la cosecha de este año y el Estado se dispone a incrementar sus ayudas a los agricultores arruinados.

En el sector textil, el que genera más puestos de trabajo, se están destruyendo empleos a medida que caen las exportaciones marroquíes a Europa, y el Gobierno también tiene la intención de apoyar su modernización.

Por último, el Ministerio de Finanzas no ha repercutido a los consumidores el aumento del precio del barril de petróleo hasta hace cuatro días, cuando, por fin, subió el litro de gasolina.