La revisión del PIB español empeora la posición en Europa

La actualización al alza del producto interior bruto (PIB) español de acuerdo con las normas europeas amenaza con nuevos perjuicios para España en la actual negociación de las futuras Perspectivas Financieras. A los 1.000 millones de euros que el Estado español tiene que aportar con efecto retroactivo habrá que añadir las cantidades superiores que, a partir de ahora, tendrá que entregar por disponer de un PIB superior.

El 74,5% del presupuesto comunitario procede, proporcionalmente, del PIB de cada país, por lo que España deberá incrementar ahora su aportación por este concepto. Ese aumento coincidirá con la pérdida de fondos y ayudas europeas, por lo que el deterioro del saldo neto será aún peor que el temido.

La actualización de los PIB nacionales debe hacerse periódicamente para acomodarse a la norma europea conocida como ESA 95 (European System Accounts), que incluye los complejos métodos estandarizados sobre la contabilidad nacional. En estos momentos se está aplicando una tercera versión del ESA 95, compatible con la norma internacional denominada SNA 93. Además de España, este año revisan su PIB Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Holanda, Suecia, Austria y Portugal.

Los efectos de esas actualizaciones sobre las aportaciones de cada país a las arcas comunitarias son inmediatos. Éstas tienen tres fuentes que dependen de la renta nacional bruta (RNB), de la recaudación del IVA y de los recursos propios tradicionales (derechos de aduanas sobre todo). El presupuesto de la UE se nutre en primer lugar de los dos últimos conceptos y la cantidad que falta (casi el 75%) que hay que dividirla entre los Estados de forma proporcional a su RNB para determinar su aportación anual.

En el caso español, esas aportaciones han aumentado de forma muy considerable en los últimos años porque España ha crecido por encima de la media europea. Este año, por ejemplo, la aportación española global a la Unión ha aumentado un 9,22% con respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar los 9.931 millones. De esa cantidad, 6.585 millones correspondieron al porcentaje de RNB: España aportó el 7,9% del total de esa partida porque su RNB equivale a ese porcentaje de la total en la Unión. En 1996, la contribución española total no llegaba ni a la mitad (4.443 millones) y, en 2000, era de 6.500 millones. Por el IVA, España paga este año 2.090 millones y, por los recursos propios tradicionales, 1.254. El incremento en la contribución española seguirá en la misma línea en los próximos años, hasta el punto de que el Gobierno español ya calculaba antes de la revisión del PIB que la aportación a la UE llegaría a los 15.894 millones en 2013.

Contribuyente neto

El resultado para el saldo neto entre España y la UE es tremendo, hasta el punto de que España puede pasar en estos años de ser el país más beneficiado (este año ese saldo será favorable a España en 7.385 millones) a convertirse en contribuyente neto. Ese efecto, se producirá porque el aumento en las aportaciones irá en paralelo a la fuerte rebaja en las ayudas recibidas: perderá al menos el 45% de los casi 8.000 millones anuales que ahora percibe.

Por el contrario, fuentes comunitarias señalaron ayer que la actualización del PIB repercutirá "muy poco" al calcular la renta por habitante nacional o por regiones, un dato importante para determinar qué regiones tendrán derecho a percibir las ayudas más generosas (Objetivo 1, por tener una renta por habitante por debajo del 75% de la media comunitaria). Esas fuentes señalaron que el aumento del PIB se verá compensado en ese terreno por el incremento de la población española.

No obstante, si las negociaciones sobre las Perspectivas Financieras se retrasan al año que viene, como todo el mundo teme ahora, las estadísticas que la UE empleará serán más actualizadas y Galicia y Castilla-La Mancha correrán el peligro de salir del Objetivo 1, lo que ya ha ocurrido con Asturias, Murcia, Ceuta y Melilla, además de Valencia y Castilla y León.