Médicos del Mundo advierte del aumento de prostitutas y de los problemas que pone la policía para atenderlas
La presidenta autonómica de Médicos del Mundo, Blanca Nogués, destacó ayer los problemas que tienen para atender tanto a las personas que ejercen la prostitución en Alicante y la zona del Puerto de Valencia como a los toxicómanos debido a la "presión policial" existente en estas zonas. Esta actitud supone una "importante dificultad" en los programas de intercambio de jeringuillas, reparto de preservativos y seguimiento sanitario ya que al verse amenazados, apenas pueden tener contacto con ellos y prestarles ayuda.
Médicos del Mundo, que advirtió también del incremento de la prostitución y de las ayudas dirigidas a estas personas, presentó ayer el Informe de Exclusión Social 2004, que recoge las intervenciones que la organización realiza con usuarios de drogas, personas, prostitutas e inmigrantes en la atención al llamado cuarto mundo, es decir, las personas excluidas del entorno más cercano.
En total, la organización humanitaria desplegó durante el año pasado en la Comunidad Valenciana 23.484 atenciones a 2.568 personas. Entre ellas se encuentran 1.100 prostitutas, unos 800 drogodependientes en Alicante y Valencia, y 715 inmigrantes. Nogués recordó que por falta de ayudas por parte de la Consejería de Sanidad, el centro de reducción de daños (Cereda) para toxicómanos de Valencia está cerrado desde agosto. Estas instalaciones ofrecen talleres para que los toxicómanos tengan prácticas sanitarias seguras a la hora de consumir, y ofrece servicios de aseo personal, cenas o medicina preventiva (analíticas, vacunaciones) que permite a los voluntarios de la organización seguir el estado de salud de estas personas. La ONG espera que en breve la consejería ofrezca ayudas para que se pueda continuar con esta actividad.
En el informe, Médicos del Mundo reclama aumentar la atención a "clientes y parejas de personas que ejercen la prostitución en lo referente a prevención de enfermedades de transmisión sexual" ya que estas personas evitan las medidas preventivas, fundamentalmente el uso de preservativos. También reclamaron más atención hacia los transexuales, muchos de los cuales, al no estar reconocido el tratamiento por la red sanitaria pública, siguen tratamientos con hormonas sin vigilancia sanitaria, con el consiguiente riesgo para su salud. La organización llamó la atención también sobre el consumo del crack que tras el incremento de los últimos tres años se ha estabilizado. De hecho, el 82% de los usuarios del Cereda toman droga con pipas mientras que la vía sanguínea se ha reducido a un 21%.
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