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Fraga entrega fármacos en hospitales de Buenos Aires y niega que la visita sea para pedir votos

Quejas entre los emigrantes por el funcionamiento de un centro financiado por la Xunta

Xosé Hermida

Las duras condiciones de vida de buena parte de la colonia gallega en Argentina se hicieron presentes ayer durante la segunda jornada de la visita al país de Manuel Fraga. El presidente de la Xunta se presentó en Buenos Aires con una partida de medicamentos que entregó a la residencia sanitaria que gestiona el Centro Gallego, y comprometió nuevos suministros de fármacos durante los dos próximos años para esa clínica y para el Hospital Español. Fraga, que se encontró con las quejas de algunos pacientes, aseguró que el propósito de su viaje es prestar "servicio" a los emigrantes, y no pedirles el voto para las elecciones autonómicas del 19 de junio.

"Yo he estado viniendo a Argentina desde 1954", recordó Fraga para negar motivos electoralistas en su visita a un país donde hay censados más de 100.000 gallegos con derecho a voto. "He venido a estudiar los problemas de los gallegos. Pero hoy no voy a pedirles el voto, voy a ofrecerles un servicio", apostilló.

Fraga aplaza la solicitud explícita de apoyo electoral hasta la multitudinaria comida-mitin que reunirá hoy a miles de gallegos residentes en Buenos Aires. Pero los carteles con la fotografía del presidente de la Xunta y el lema electoral del PP gallego, Máis, son muy visibles por el centro de la ciudad y sus arrabales. El propio Fraga reconoció haberlos visto ayer a su llegada a Avellaneda, un suburbio de hermosas casas desconchadas, donde reside parte de la colonia gallega más empobrecida.

El presidente de la Xunta los atribuyó a una iniciativa de los dirigentes locales, que ayer le recibieron en la sede de la municipalidad, con sus paredes repletas de retratos de Eva Perón, para hacerle entrega de un título creado expresamente para él, la Orden del Fundador Nicolás de Avellaneda.

En un gesto como los que hicieron célebre a Evita, la Xunta repartirá a finales de mes en Avellaneda bolsas con alimentos para 820 familias necesitadas, según informaron fuentes de la Consejería de Emigración.

Tras una visita al Hospital Español, lo más duro de la jornada llegó en el Centro Gallego de Buenos Aires, que gestiona otra clínica a la que Fraga entregó una partida de material farmacéutico, y donde inauguró una nueva sala de urgencias. Al presidente de la Xunta le recibió a su llegada una docena de personas con una pancarta que denunciaba: "Los socios construyen, Fraga destruye y ahora inaugura". "Que vayan a ver las camas oxidadas. Esto es sólo un bluff porque hay elecciones", clamaba una de las manifestantes, Adela Fernández Cruz.

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Fraga se reunió con la directiva del centro, pronunció un discurso y recorrió los pasillos del hospital atestados de pacientes, ancianos en su mayoría. Algunos le dedicaron muestras de cariño, y nadie le planteó quejas directamente. Pero, al paso de la comitiva del presidente gallego, otros se dirigían a los periodistas y a cargos de la Xunta para transmitirles su desesperación. Un hombre de unos 40 años, agitándose frenéticamente por un parkinson agudo, gemía a todo aquel que le salía al paso, entre el barullo de autoridades y cámaras.

Óscar Fariña, hijo de gallegos de Meis (Pontevedra), abordó a un colaborador de Fraga para recriminarle con modales suaves: "¿Por qué han cerrado las puertas de las habitaciones? ¿Es que no querían que las viese?". "Han hecho más en 15 días que en 5 años", explicó luego Fariña. "Yo estoy aquí con mi suegra y he visto cómo pintaban y trabajaban día y noche para que estuviese listo para hoy". Fraga admitiría después: "He visto las habitaciones, algunas se pueden mejorar y se van a mejorar".

El Centro Gallego, que posee un edificio en la avenida Belgrano, en el centro de la ciudad, funciona como una mutua sanitaria. Su hospital tuvo fama durante años de ser uno de los mejor dotados de Buenos Aires para las familias sin grandes recursos económicos. En sus años de esplendor llegó a tener más de 100.000 socios. Hoy, son unos 27.000, el 70% de ellos mayores de 60 años, y que pagan una cuota mensual de 130 pesos -unos 35 euros-, casi la mitad de la pensión media de jubilación.

"Es la cuota más baja de Argentina", aseguró el secretario del centro, José Luis Seoane. "Es verdad que la sanidad acá no es ejemplar, pero muchas de las críticas no tienen sustento", indicó.

Por otra parte, en una entrevista al diario argentino Clarín, publicada ayer, el presidente de la Xunta se refirió a la aprobación de la ley que permite el matrimonio entre homosexuales. Fraga indicó que ésta era una "parte de la política general de destrucción de la familia". "Sabemos que las parejas homosexuales no producen hijos, y la adopción por parte de parejas homosexuales está llena de riesgos". Preguntado sobre cuáles eran esos riesgos, contestó: "Pues no sabemos cómo van a vivir esos chicos con padres que tienen afecciones extrañas".

Manuel Fraga, frente a un retrato de Eva Perón ayer en Buenos Aires.
Manuel Fraga, frente a un retrato de Eva Perón ayer en Buenos Aires.EFE

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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