Llorens y Solana apoyan la compra de la colección de la baronesa Thyssen

Tomàs Llorens (Almazora, Castellón, 1936) y Guillermo Solana (Madrid, 1960) escenificaron ayer el relevo cordial en la dirección artística del Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid (paseo del Prado, 8, www.museothyssen.org). Solana, nuevo conservador jefe tras el acuerdo por unanimidad del último patronato, coincidió con su antecesor en la necesidad de la integración de la colección internacional de la baronesa Thyssen-Bornemisza, que se expone prestada hasta 2011, en los fondos históricos del museo y son partidarios de su compra por el Estado español.

"No hay una fecha concreta para la integración museística de las dos colecciones y desconocemos si hay algún tipo de negociaciones entre el Ministerio de Cultura y la baronesa", declararon durante un encuentro con periodistas tras el nombramiento de Guillermo Solana como conservador jefe, en lugar de Tomàs Llorens, que se retira tras 14 años en el cargo. Los dos se refirieron a la situación del museo tras su ampliación, las colecciones del Prado y del Reina Sofía, la programación de los tres centros a partir de sus fondos, el modelo de museo, las exposiciones temporales y la acogida a los visitantes.

La colección de la baronesa Thyssen se expone en dos plantas del nuevo edificio, que tiene acceso a la colección histórica y a las exposiciones temporales. Los nuevos espacios distribuyen una selección de 200 obras, de pintura holandesa del siglo XVII, el veditismo del XVIII, la pintura de paisaje del XIX, la escuela norteamericana, el impresionismo, el posimpresionismo y las primeras vanguardias históricas del siglo XX, que coinciden con secciones de la colección histórica del barón Thyssen-Bornemisza, depositada en el museo desde 1992 y comprada al año siguiente por el Estado español.

Este fondo se expone por un acuerdo entre Cultura y Carmen Thyssen-Bornemisza, firmado en 2000, que incluía el préstamo gratuito durante 11 años. "En ese momento cabe la renovación del préstamo, si no se produce un acuerdo de adquisición para que la colección se integre en la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza", declara Tomàs Llorens.

La colección, con una valoración para los seguros que no es pública, tiene una parte internacional de 320 cuadros catalogados, que se mezclarían con la histórica, y una colección española de 700 cuadros, con una parte de obras de artistas catalanes que se muestra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), de Barcelona, y de diversas escuelas (pintura catalana, pintura andaluza) que forman exposiciones temporales e itinerantes. Cada parte tiene un régimen distinto, ya que las obras de la internacional tienen movimientos más restrictivos. Solana es partidario de la compra de esta colección para llenar huecos de la histórica, ya que algunas de sus piezas pertenecieron al barón. "El conjunto de la colección del museo ganaría en brillantez y estaría más integrado".

"No me dan miedo las ampliaciones del Prado y del Reina Sofía", respondió Solana sobre la situación del Thyssen en el paseo del arte del Prado y Atocha. El museo realiza tres exposiciones temporales al año y dos de contextos, tiene "un ritmo modesto" con una colección "más versátil", capaz de mostrar al Greco, Gauguin, Sorolla o Rauschenberg. "Soy partidario del delicado equilibrio entre los tres museos, pero las líneas son dinámicas y en revisión. Estamos preparados para ese desafío".

El equilibrio sitúa al Prado con la pintura antigua, sobre todo de la escuela española; al Reina Sofía, con el arte del siglo XX, español en el contexto internacional, y al Thyssen con el perfil de una colección histórica en el cambio a la modernidad. Las declaraciones del director del Prado, Miguel Zugaza, sobre la ausencia de "dogmatismo" en el arte, y de la directora del Reina Sofía, Ana Martínez de Aguilar, de replantear la colección "con una reflexión intelectual", indican que existe la posibilidad de romper la frontera que se impuso a los dos museos de la fecha de nacimiento de Picasso, en 1881. El Prado y el Reina van a colaborar el año próximo en una exposición sobre el Guernica, con motivo de los 25 años de su llegada a España.

Solana indica que cuando haya evidencia de que el Prado se desplaza de su "nicho temporal" habrá que plantearse también los límites del Thyssen, fijados en "la transición de la antigüedad a la modernidad". Llorens señaló que no hay cambios inmediatos en los proyectos de los tres museos, de acuerdo con los encuentros habituales que celebran sus responsables. Su lección se detiene en el modelo de museo estadounidense, de carácter enciclopédico y con finalidad educativa, y el europeo, desde finales del XIX, con la especialización, la investigación y la educación. "Este modelo tiene claras ventajas de racionalidad en el gasto público".