El libertinaje de Juan Soriano gana el Velázquez
El pintor mexicano, de 84 años, asegura que "el arte es siempre juventud y fuerza"
El artista mexicano Juan Soriano (Guadalajara, Jalisco, 1920) ganó ayer por unanimidad el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2005 por la trayectoria ejemplar de 70 años de creación con una "envidiable libertad". Uno de los miembros del jurado, el poeta José-Miguel Ullán, prefirió identificar su obra con lo lírico y sensual y, sobre todo, con el libertinaje, que fue celebrado por el artista desde París. El galardón del Ministerio de Cultura tiene la vocación de fomentar los lazos entre la cultura y la creación artística de los pueblos iberoamericanos, con una dotación económica de 90.000 euros, como el Cervantes de las letras. "El arte sirve para no dejarnos envejecer; el arte es siempre juventud, fuerza, invención, son muchas sus cualidades", declaró Soriano.
Los 11 miembros del jurado de la cuarta edición del Premio Velázquez de Artes Plásticas, reunidos en el Ministerio de Cultura, con asistencia de la ministra Carmen Calvo hasta que regresó al debate del estado de la nación en el Congreso, votaron por unanimidad a Juan Soriano tras una primera selección de cinco artistas entre 20 candidatos. El jurado valoró la "trayectoria ejemplar" del artista a lo largo de 70 años de creación, que ha dado "muestras de una envidiable libertad en su obra". Los premiados en anteriores ediciones han sido Ramón Gaya, Antoni Tàpies y Pablo Palazuelo.
El presidente del jurado, Ramón González de Amezúa, destacó la "inquietud artística" del pintor, grabador y escenógrafo. Las actividades de Soriano se han conocido en España desde que en 1997 el Museo Reina Sofía le dedicó una retrospectiva con 110 obras, realizadas entre 1937 y 1997, con el poeta José-Miguel Ullán como comisario. Después se reunieron sus dibujos en el Círculo de Bellas Artes y sus grandes esculturas en bronce en el patio de la sede de la Comunidad de Madrid, en la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol. Con motivo de sus 85 años, el próximo mes de agosto, el Museo de Bellas Artes de México prepara una muestra de sus esculturas monumentales, con piezas dedicadas a los pájaros.
Juan Soriano se encontraba ayer en París, ciudad que comparte con México y Varsovia como lugar de residencia, donde se encuentran sus amigos, a los que visita como "una cadena de amistades". "Trabajo lo que puedo trabajar. Si se me ocurre una pieza grande la hago para quitarme la inquietud. Sigo haciendo lo mismo, cuadros, dibujos y esculturas. Yo no puedo cambiar, ser otra persona. Tengo las mismas ideas y deseos de cuando era jovencísimo, y ahora soy viejísimo. Tuve una juventud que me duró muchísimo", declaró por teléfono. "Yo hago el cuadro y se acabó", afirma el artista sobre las interpretaciones de su obra, que deja con respeto para que las hagan los demás. "La obra se ve por la obra", y no por lo que dicen los críticos sobre tendencias o sistemas.
José-Miguel Ullán participó en el jurado, junto a otros nombres como Miguel Zugaza, Ana Martínez de Aguilar, José Guirao, Estrella de Diego, Carlos Zurita y José J. de Ysasi-Ysasmendi. "La clave de su obra artística es que no se sabe si sus piezas o cuadros son figurativos o no. Puede ser lírico, inteligente, sensual, procaz en ocasiones, y sobre todo con libertad, o mejor con libertinaje, en unas obras hechas 'a su aire". Ullán comentó que Soriano surgió en México en pleno triunfo del muralismo y se desligó "con osadía" de este tendencia para pertenecer a una generación de la ruptura, donde figuran José Luis Cuevas y Vicente Rojo, y llegar su influencia a otros artistas mexicanos, como Toledo, Galán y Orozco. "Incluso para los jóvenes, a veces sin saberlo, la figura de Soriano es detonante, como una estampida hacia la libertad, sin hacer caso a las modas. Es independiente de una manera voraz, y muy amigo de los escritores, y de los exiliados españoles, como María Zambrano".
Zambrano, que dedicó varios ensayos a la obra de Soriano, tanto en México como en Roma, creía que los cuadros del artista "eran cosa de otros mundos". Para ella, era un personaje diabólico, excitante, según contó Ullán al comentar la larga amistad entre los dos y con el exilio español, como Alberti, León Felipe, Cernuda, Ramón Gaya, "muy fiel a la enseñanza que recibió en la juventud". "Soriano es un personaje ocurrente, brillante, inteligente y muy correcto en todas las situaciones. Va a estar agradecido con este premio, lo va a disfrutar y va a ser muy feliz".
Soriano recordó ayer a María Zambrano y sus relaciones con escritores y artistas, y con las gentes del teatro en el grupo Poesía en Voz Alta, junto a Octavio Paz, Leonora Carrington y Juan José Arreola. "Toda la gente que hacía cosas me buscaba porque no les molestaban mis interpretaciones. Eran unas personas muy sólidas y muy francas; fue una época muy bonita".
El artista se alegra de que el premio se entregue en las salas de Velázquez del Museo del Prado. "No sé si podré recoger el premio porque nunca sé lo que voy a hacer".
Babelia
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