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Los fondos de la UE centrarán la política exterior los próximos meses

España acogerá este año las cumbres Iberoamericana y Euromediterránea

Doce mil millones de euros en juego son un argumento más que suficiente para colocar las negociaciones del plan financiero de la Unión Europea para el septenio 2007-2013 en el centro de los objetivos de la política exterior española durante el segundo año del primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, el Ejecutivo tiene más intereses que los meramente económicos.

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Un pobre resultado pondría en cuestión toda la política de "retorno al corazón de Europa" que ha caracterizado el primer año del presidente del Gobierno y el giro de 180 grados que ha traído tantas fricciones con Estados Unidos. Zapatero, indican fuentes gubernamentales, no va a escatimar esfuerzos para dar todo el impulso necesario a las gestiones técnicas del Ministerio de Asuntos Exteriores, que realizará en primera persona el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Alberto Navarro.

De momento, el presidente no tiene prevista ninguna gira europea orientada a este asunto, pero sí la voluntad de aprovechar cualquier ocasión para plantearlo.

Así, durante las recientes visitas de estos líderes a Madrid, ha chequeado personalmente, y con resultados bastante positivos, la disposición de los primeros ministros de Finlandia, Matti Vanhanen, y de Irlanda, Bertie Ahern, a entender el argumento de que si a España se le priva drásticamente de los fondos de cohesión que ha venido percibiendo de Bruselas, será el único país que pague la factura del ingreso de los países del Este en la UE. Exteriores la cifra en unos 18.000 millones de euros.

Zapatero viajará a Düsseldorf el 20 de mayo y a Lille el 27 de mayo. El motivo será en ambos casos intervenir en las campañas para la ratificación de la Constitución europea en Alemania y Francia, respectivamente. Pero es seguro que el presidente aprovechará también la ocasión para defender su posición sobre la política de solidaridad frente a esos dos actores básico de la construcción europea.

Confianza plena

"Tengo plena confianza en el Gobierno francés y en el Gobierno alemán", reiteró Zapatero el pasado jueves, haciendo oídos sordos a los sarcasmos del líder del PP, Mariano Rajoy, sobre la utilidad de sus relaciones con Jacques Chirac y Gerhard Schröder.

Alemania ha dicho de entrada "no" a la propuesta de la presidencia luxemburguesa sobre los fondos de cohesión, que recoge por primera vez las aspiraciones de Zapatero y abre una vía hacia la solución del problema: los 18.000 millones de euros, que España perdería al superar los baremos de renta exigidos para percibir ayudas, no como consecuencia de su desarrollo interno, sino por la caída de la renta media comunitaria tras el ingreso de socios más pobres. La suma lleva ya descontada la propuesta de la Comisión, que sí reconoce ese llamado "efecto estadístico" por lo que se refiere a las ayudas regionales, y propone correctivos.

La constatación de que 12.000 de los 18.000 millones que se dejarían de percibir en 2007 corresponden a los fondos de cohesión hizo que la estrategia española se centrara en ese apartado de la solidaridad europea y produjo el reconocimiento luxemburgués de que también hay que admitir el efecto estadístico en este caso. Luxemburgo propone que España siga beneficiándose de la cohesión comunitaria durante dos años más, aunque haya superado los baremos de renta establecidos.

El calendario actual del Gobierno confía en que este principio de salida gradual del fondo de cohesión sea aprobado genéricamente en Bruselas durante el Consejo Europeo del 16 y 17 de junio. La negociación de los plazos y cifras del acuerdo continuaría durante todo 2006 y seguiría requiriendo tanto esfuerzo político como técnico.

Junio será un mes de prueba para los efectos prácticos del talante y el diálogo que Zapatero ha impuesto. La UE tendrá que reconsiderar en junio si mantiene la política menos agresiva hacia Cuba que adoptó en enero a instancias de España, y por las mismas fechas deberían madurar otras iniciativas, como las desarrolladas en Argentina en apoyo de los empresarios españoles o la petición al Reino Unido de que se comprometa por escrito a no realizar en el Peñón reparaciones que afecten al núcleo de sus submarinos. En junio se podrá valorar si las buenas palabras producen buenos hechos.

En julio, Zapatero viajará a Singapur para presentar la candidatura de Madrid en la reunión decisiva del Comité Olímpico, aunque no es seguro que realice en esas fechas una gira por Asia que tiene en mente.

Septiembre será el mes de la ONU, con la cumbre de líderes para reformar la institución y hacer la primera revisión del grado de cumplimiento de los objetivos del milenio. Zapatero participa en esa agenda con su compromiso con la Alianza contra el Hambre y su propuesta de la Alianza de Civilizaciones.

Octubre girará en torno a la Cumbre Iberoamericana que, con ocasión de su 15º aniversario, se celebrará en Salamanca y será reestructurada con un secretariado general que, finalmente, entrará plenamente en funciones.

En noviembre, se reunirá en Barcelona la 10ª Cumbre Euromediterránea. Zapatero pretende aprovecharla para convertir la reunión en un acontecimiento, que sirva al relanzamiento de un diálogo siempre lastrado por el conflicto entre palestinos e israelíes.

Dicen las fuentes gubernamentales que el presidente querría hacer un viaje a África durante este segundo año. Dadas las últimas noticias relacionadas con ese país, no parece probable que Guinea Ecuatorial sea uno de sus destinos.

Según la estadística de La Moncloa, en el primer año de su mandato Zapatero realizó 33 viajes al extranjero, recibió en España a 26 líderes de otros países, participó en 11 cumbres internacionales y celebró cinco cumbres bilaterales.

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