El primer médico imputado por el 'caso Leganés' dice que sedó al enfermo para aliviar su dolor
El primero de los tres médicos imputados por las sedaciones en el hospital Severo Ochoa, de Leganés, declaró ayer ante el juzgado que sedó al paciente "para mejorar su confort" y aliviar su dolor, según el abogado de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), Rafael Martín Bueno. El médico, J.A.B.A., declaró durante tres horas en el juzgado de Leganés que instruye la denuncia por la muerte de un hombre de 81 años que padecía Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC) y cáncer y que falleció en 2003 en las urgencias del hospital.
El médico imputado abandonó el Severo Ochoa hace más de un año y ni él ni su abogado quisieron hacer declaraciones. Estas denuncias aparecieron después de que la consejería de Sanidad de Madrid hicera pública una denuncia anónima sobre "400 homicidios" en las urgencias del centro durante 2004 y primeros meses de 2005.
La declaración fue "muy extensa y muy técnica", según Martín. El abogado afirma que el médico fue "incapaz de explicar la causa de la muerte". El fallecido, siempre según su familia, entró en urgencias por su propio pie tras sufrir una "reagudización de su EPOC". El abogado asegura que en la historia clínica "no constaba el diagnóstico ni la valoración de enfermo terminal, sólo una anotación de que 'tras hablar con la familia se procede a sedación".
El médico imputado declaró que sedó al enfermo para mejorar su confort porque había llegado a urgencias en un estado terminal, siempre según el abogado de la acusación. El abogado admitió que el fallecido padecía otras enfermedades, "entre ellas, cáncer". Aunque se negó a detallar qué tipo de cáncer, insistió en que "estaba en remisión cuando llegó al centro" y que "no es importante para la causa". En la sala estuvieron presentes el fiscal del caso y un abogado de la empresa Zurich, la aseguradora del Servicio Madrileño de Salud.
Sedación contraindicada
El abogado asegura que el paciente entró andando y a las tres horas falleció, "sedado con tranxilium, morfina y dormicum, algo contraindicado con la EPOC, como ha reconocido el médico". El abogado de Avinesa añade que el paciente nunca recibió oxígeno: "Tenía una crisis cada cierto tiempo desde hacía seis años. Siempre ingresaba en urgencias, le ponían oxígeno y varios días después se iba a casa". Martín afirma que, a su juicio, el médico cometió "un homicidio". "Si tu le das a alguien cianuro y sabes que lo vas a matar, eso es un homicidio. Si le das a alguien una medicación contraindicada, también", añade.
Hay otras dos denuncias de familiares de fallecidos en urgencias, ninguno de ellos tratado por el coordinador de urgencias destituido, Luis Montes. Estas instrucciones son paralelas a la investigación que lleva la Fiscalía de Madrid a petición de la Consejería de Sanidad. Ésta, a su vez, ha designado a un grupo de expertos para investigar.
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