Acuerdo para restaurar Santa Clara de Córdoba

La Fundación Caja Madrid y el Ayuntamiento de Córdoba se harán cargo de la rehabilitación del convento de Santa Clara, un edificio de orígenes bizantinos pero en el que todas las culturas que han pasado por la ciudad han dejado su huella. Ayer se rubricó la primera fase de este plan, que prevé un estudio para realizar el proyecto de obra. Caja Madrid se hará cargo de las dos terceras partes de los 337.000 euros que costarán los estudios previos. El resto lo aportará la Empresa Municipal de Viviendas, dependiente del Consistorio cordobés.

Está previsto que, después de redactarse el proyecto de restauración, las obras comiencen en un año y finalicen antes de mayo de 2008. Todavía no se conoce el presupuesto de la operación de restauración.

El uso final del recinto todavía no está decidido, aunque la alcaldesa, Rosa Aguilar (IU), sostuvo ayer que "puede ser el espacio justo y preciso para narrar y relatar la historia de la ciudad".

Parece ser que el convento podría convertirse en algo parecido a un museo en el que contemplar los diferentes tipos de arquitectura que hubo en la ciudad en cada época. Sin embargo, Rafael Spottorno, el gerente de la Fundación Caja Madrid, opinó que primero debe estudiarse cómo va a ser el proyecto de reconstrucción. Eso sí, dejó claro que el Ayuntamiento será el que decida el uso final al ser propietario del inmueble.Para Spottorno, el convento de Santa Clara, que actualmente presenta un aspecto de "ruina romántica", resume "el testimonio material de la historia de Córdoba". Además, reúne "mosaicos, capiteles y cerámicas de distintas épocas en un mismo espacio, lo que le otorga un alto valor añadido".

El convento de Santa Clara tiene una superficie de 1.900 metros cuadrados. Fue levantado durante los últimos años del Imperio Romano y su planta es bizantina. Con la conquista musulmana, el templo cristiano se convirtió en mezquita. En 1.224, volvió de nuevo a ser utilizada para el culto católico y fue cedida al Obispado de Lope de Fitero. Durante ese mismo siglo, se construyó al lado de la iglesia el convento de la orden de las Clarisas. En los siglos posteriores, el edificio se fue transformando según los gustos estéticos de cada período. El declive comienza en 1868, cuando se desamortizó el conjunto y pasó a tener usos cuartelarios. Actualmente el edificio, una de las muestras más ricas de la impronta que han dejado las culturas que en Córdoba se desarrollaron, está abandonado. Para la alcaldesa de Córdoba, el convenio firmado ayer, que se deberá ratificar cuando esté listo el proyecto de restauración, supone "definitivamente recuperar para la ciudad" esta edificación.