_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Solos

El presidente del Gobierno ha dicho que sobre todo se puede negociar, en el proceso de reformas estatutarias en el que nos encontramos, menos sobre la Seguridad Social, instrumento fundamental que tiene el Gobierno para "distribuir la solidaridad". Y se compromete con solemnidad cuando dice que el principio de que la Seguridad Social continúe en manos del Estado es inviolable.

Desde Andalucía se recela de cualquier manifestación que pueda ser interpretada como gesto de diferencia y deferencia de la dirección socialista con el PSC y sin embargo acaso haya que interpretar fríamente la petición de Zapatero de un pacto del PSOE con el PSC sobre la reforma del Estatut, en el sentido de pedir a los suyos paz, en el proceso de concreción de las reformas para no contribuir desde dentro a la confusión y a las interpretaciones victimistas.

El hecho de que ponga pies en pared con respecto al verdadero pilar de la distribución de la solidaridad, que es, como bien dice el presidente, la Seguridad Social, es un dato importantísimo en medio del debate, a veces no del todo equilibrado, sobre el peligro de las insolidaridades que pueden llegarnos desde Cataluña. El presidente del Gobierno entiende la demanda catalana sobre la necesidad de más gasto, por la realidad del aumento de población a causa de la inmigración, fundamentalmente, pero eso lo hace compatible con la ayuda para dinamizar la economía de las comunidades que lo necesitan.

El proceso continúa, lo que empezó siendo considerado por algunos como una excentricidad política sin base social alguna, concretamente eso se ha dicho hasta hace cinco minutos en Andalucía, está empezando a convertirse en un debate que va calando y en el que es fundamental que se implique cada vez más gente y se abra y se extienda a todos los ámbitos, sin dramatismos y con las ideas claras sobre lo que desde cada comunidad autónoma se quiere conseguir, siempre y cuando nadie olvide que todos estamos con todos, nadie está solo; como, por cierto, ha dicho en Cataluña José Montilla, ministro de Industria y primer secretario del PSC, sobre la pretensión de ERC de proponer una Agencia Tributaria catalana independiente de la estatal. No estamos solos, ha dicho Montilla. Pues eso.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_