Detenidos 22 ecologistas en una protesta ante la nuclear de Vandellòs II

La Guardia Civil detuvo ayer a 22 miembros de la organización ecologista Greenpeace que protestaban ante la central nuclear de Vandellòs II (Tarragona). Los ecologistas critican a la central, que desde hace años sufre una corrosión generalizada, y al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) por permitir que funcionase con el sistema degradado. A la crítica se sumó el delegado de la Generalitat en Tarragona, Xavier Sabaté (PSC). "Mi opinión es que la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear debería dimitir", afirmó.

Los ecologistas de Greenpeace fueron detenidos y puestos luego en libertad con cargos por desórdenes públicos, tras bloquear unas horas el acceso al complejo atómico de Vandellòs y reivindicar que el Gobierno central proponga un calendario para el cierre de las plantas nucleares en España, como prometió el presidente del Gobierno.

Sabaté calificó de "insólito" que la presidenta del CSN asegurara el lunes haber perdido la confianza en la dirección de Vandellòs II ocho meses después del incidente, y recordó que este órgano es el encargado de garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares. El político pidió la dimisión de Estevan a título personal. El primer consejero del Gobierno catalán, Josep Bargalló, no ratificó la petición de Sabaté ayer, pero sí exigió la entrada de la Generalitat en el CSN.

Estevan Bolea admitió en el Congreso que la dirección de Vandellòs II había "relajado" su política de seguridad y mantenimiento pero no admitió responsabilidad del CSN en el caso. Joan Herrera, diputado de ICV, incidió en que la nuclear nunca realizó unas pruebas preceptivas en el sistema de refrigeración dañado en 1999. A juicio de Herrera, Estevan, que llegó al cargo en 2001 nombrada por el PP, dejó en el aire la respuesta de por qué el CSN no instó a la central a hacer las pruebas. Por ello, le exige que admita su responsabilidad. El mismo argumento es compartido por CiU, ERC y PSC, que ven bien la reforma del CSN.