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Berlusconi pide la confianza del Parlamento y sugiere a sus aliados formar un solo partido

La fiscalía de Milán solicita el procesamiento del primer ministro italiano por fraude fiscal

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pidió ayer un voto de confianza para el nuevo Gobierno que acaba de formar, con un discurso breve en el que consiguió esquivar las graves interrogantes que pesan sobre la gestión económica del Ejecutivo y su cohesión interna. Berlusconi optó por dar un salto en el vacío e hizo un llamamiento a la Casa de las Libertades, la fragmentada coalición que preside, animándola a convertirse en un partido único. Los fiscales de Milán solicitaron ayer su procesamiento por fraude fiscal en Mediaset, su conglomerado televisivo.

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Antes de comparecer en la Cámara, el primer ministro anunció las próximas elecciones para mediados de mayo de 2006. Apenas 15 minutos bastaron al Cavaliere para hacer el balance -enormemente positivo- de la gestión de los últimos cuatro años del Gobierno de centroderecha. Pese a considerarlos "los años más difíciles de la historia reciente", debido entre otras cosas al terrorismo internacional, la revalorización del euro y la apertura de fronteras a la competencia asiática, se felicitó por el extraordinario esfuerzo de modernización llevado a cabo y por la estabilidad aportada a un país de gobiernos frágiles y breves.

Berlusconi citó como uno de los pilares de su gestión la disciplina fiscal. "Italia ha respetado el déficit del 3% del PIB, cosa que no han logrado otros países como Francia y Alemania", dijo. Para a renglón seguido alabar la fundamental acción del país para que el Pacto de Estabilidad sea modificado.

A la vista de lo conseguido y de que la coalición que preside "tiene todas las cartas en regla, los números y la capacidad" para llevar adelante su programa, pasó a enunciar los aspectos que piensa reforzar, en respuesta a la demanda de los grupos que forzaron hace unos días la crisis. Relanzar la economía, con el Plan de Acción para el Desarrollo que dentro de poco será ley; continuar la reducción del Irap, el impuesto que pesa sobre las empresas, hasta su total abolición dentro de tres años; mejorar las rentas familiares, que han sufrido fuertemente a causa de la introducción del euro, aunque de momento la mejora sólo la notarán las familias numerosas, y un reforzamiento de la acción inversora en el sur (Mezzogiorno), para potenciar el siempre pendiente desarrollo. Con la mirada puesta en la Liga Norte, Il Cavaliere se comprometió a proseguir la reforma constitucional, que será sometida a referéndum la segunda mitad de 2006.

Extraño compromiso

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Como prueba de que las cuentas están en regla, diga lo que diga Bruselas, que ha llamado la atención a Italia precisamente por lo contrario, mencionó que la deuda pública ha descendido por debajo del 100% del PIB. En un contexto macroeconómico de estas proporciones sonó extraño el compromiso del Cavaliere de cerrar de inmediato los convenios del empleo público y de los médicos, una de las exigencias de los socios democristianos de la Casa de las Libertades, culpables de la crisis. Berlusconi mencionó de pasada la necesidad de recortar los gastos de la Administración, que sigue la inercia de los años noventa, llegó a decir. Palabras que contrastan con las cifras del Gobierno que pide el apoyo del Parlamento. Un Gobierno con 26 ministros (uno más que el anterior), 63 subsecretarios (en el anterior eran 51) y nueve vice ministros.

"Un discurso de cosas ya dichas, con una credibilidad decreciente", comentó Pierluigi Bersani, ex ministro del centro-izquierda. Aunque algunas de las primeras iniciativas para reactivar el desarrollo del sur, no carecen de originalidad, el ex ministro de Hacienda y vicepresidente del Berlusconi bis, Giulio Tremonti, propuso el lunes la venta de las playas, por un periodo de cien años, y de las principales instalaciones turísticas del Mezzogiorno, para construir aeropuertos e infraestructuras monumentales capaces de acoger un verdadero turismo de masas. Las críticas han llovido.

En un día repleto de malas noticias para el Ejecutivo, los fiscales de Milán enviaron a la magistratura una nueva petición de procesamiento de Berlusconi, por apropiación indebida agravada, fraude fiscal y falsificación de balances. Presuntos delitos cometidos entre 1996 y 1999 en operaciones de compra de derechos de filmes para Mediaset, el conglomerado televisivo integrado en el imperio de Berlusconi.

Silvio Berlusconi, antes de dirigirse a la Cámara de Diputados.
Silvio Berlusconi, antes de dirigirse a la Cámara de Diputados.ASSOCIATED PRESS

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