El nuevo gobierno de Berlusconi obtiene la confianza del Congreso italiano

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha obtenido hoy la confianza de la Cámara de Diputados con 334 votos a favor, los de la mayoría conservadora, y 240 en contra, de la oposición de centroizquierda. Tras el respaldo del Congreso, el debate se trasladará mañana al Senado, donde el primer ministro tiene la confianza prácticamente asegurada, dado que sus socios conservadores cuentan también con mayoría.

Berlusconi se vio forzado a dimitir el pasado miércoles por las presiones de sus socios democristianos y de la derechista Alianza Nacional, que reclamaban un giro político visible tras la aplastante derrota sufrida por los conservadores en las elecciones regionales del 3 y 4 de abril. Ese giro se concretó en la formación de un nuevo Gabinete y la elaboración de un programa renovado para el fin de la legislatura, centrado en el desarrollo del sur de Italia, el impulso de la competitividad y la defensa del poder adquisitivo de las familias.

Durante el debate previo a la votación de la confianza, el jefe del Ejecutivo ha propuesto a los partidos de la coalición gobernante agruparse en un partido único, una idea que fue acogida con cierta reticencia por la mayoría de sus socios. Especialmente tibio con Berlusconi se ha mostrado el líder de la UDC, Marco Follini, que ha garantizado su apoyo en lo que queda de legislatura "con sentido de la responsabilidad y espíritu constructivo", aunque "sin ilusión". Il Cavaliere se ha mostrado en cualquier caso convencido de que vencerá en las elecciones generales de 2006, y ha justificado la derrota en las regionales en que los votantes de centroderecha son "más críticos" que los de centroizquierda.

Una oposición "catastrofista"

En su intervención, que ha durado algo menos de veinte minutos, el líder conservador también ha arremetido con dureza contra la oposición de centroizquierda que lidera el ex presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, a la que ha tildado de "catastrofista" y "derrotista". Lo que no ha habido en su discurso es espacio para la autocrítica al atribuir la crisis económica que sufre Italia al "pasado" y al contexto europeo. Asimismo, se ha mostrado convencido de la victoria en las próximas generales y ha dicho que si vence la izquierda "no habrá plena democracia". "Que no se hagan ilusiones de tener ya la victoria en el bolsillo", ha advertido Berlusconi, en medio de los silbidos y abucheos procedentes de los bancos de la oposición.

Berlusconi ha dicho que serán los propios italianos quienes frustren una victoria de la izquierda en las urnas porque "son sensatos y saben que domináis en los medios y en la magistratura. Por eso, no querrán daros también el Gobierno, porque la democracia se basa en pesos y contrapesos". En esa misma línea, ha pedido a los partidos progresistas que "dejen de decir que todo va mal ahora, de predicar catastrofismo y derrotismo".