"Quiero adoptar. Me imagino con dos niños"
"La verdad es que no me he planteado casarme, pero sí la adopción", confía el cineasta Alejandro Amenábar, "me imagino mi familia con niños. Dos. Creo que tengo un sentimiento de paternidad que me veo desarrollando dentro de unos años, igual que les pasó a mis padres, que tenían 40 años cuando nací. Me gustaría implicarme en la educación de una persona".
El jueves pasado, el director, de 33 años, recibió dos buenas noticias en el mismo día: por la mañana, el respaldo del pleno del Congreso al proyecto de matrimonio homosexual; por la noche, en la gala de los premios de la Música, el enésimo galardón (óscar incluido) que ha cosechado su película Mar adentro; en este caso, por la banda sonora, de la que también es autor. "Ahora siento que mis derechos como ciudadano ya están completamente reconocidos", dice sobre el primer hito de la jornada, "es un momento histórico. La ley me parece una decisión muy valiente y muy respetuosa".
"Ahora a los gays se nos mira con cierta compasión, pero animándonos al celibato"
Amenábar se presta a calibrar el alcance del proyecto legislativo. "No va a tener ninguna consecuencia negativa para las parejas heterosexuales. Esta ley, con la regulación de la adopción y cuando los estudios que se manejan muestran que no existe ningún problema para los niños, es un paso adelante", reflexiona, "inaugura un nuevo tipo de convivencia. No va a haber degradación moral alguna. Las voces que lo sostienen", dice, "son las mismas de siempre, las que, hace un siglo, negaban el voto a las mujeres".
Su madre supo siempre que Alejandro era gay. Su padre se lo preguntó cuando él tenía 20 años, pero no hubo conflictos. Pero creció en un colegio religioso y oyó comentarios, "comentarios que se siguen produciendo ahora en artículos de periódicos que lanzan contra mí", dice, "una retahíla de insultos con todos los sinónimos posibles de homosexual".
Él respondió a aquellos comentarios con la discreción con la que encara su deslumbrante carrera. Hace tres años, en una entrevista, le preguntaron y contestó. Discretamente. Pero su reivindicación es clara. "A los homosexuales primero se les metía en las cárceles, luego en los manicomios y ahora, desde ciertos sectores, se nos mira con compasión pero animándonos al celibato, algo que me parece completamente monstruoso". Él tiene pareja. "Creo que es bueno disponer de la opción de casarse. No soy muy amigo de ir a bodas, sobre todo por el componente religioso, pero me imagino la mía rodeado de mis amigos y mi familia".
"Es maravilloso vivir en una sociedad así", concluye, "me pregunto cómo hubiera vivido mi sexualidad hace tan sólo 30 años, cuando se discriminaba, insultaba y agredía a la gente como yo".
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