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Reportaje:

El reto valenciano ante la I+D europea

La red de universidades organiza una jornada sobre el nuevo Programa Marco de la UE

Ignacio Zafra

Apenas iniciado el VI Programa Marco de Investigación y Desarrollo, el 1 de enero de 2003, la Comisión Europea comenzó a preparar la séptima edición, la más ambiciosa. Su duración, en principio de 2007 a 2010, podría extenderse hasta 2013. Los fondos que la Comisión baraja destinar, unos 9.000 millones de euros al año, suponen duplicar la dotación del VI Programa, en vigor hasta el próximo año, que alcanza globalmente los 17.000.

El objetivo es ponerse en la ruta de la llamada Estrategia de Lisboa, concretada en la cumbre de Barcelona, que estableció la aspiración comunitaria de que el 3% del PIB europeo se dedicara a la I+D en el año 2010. Una proporción que ha sido calificada de poco realista -dada la situación de partida- y al mismo tiempo necesaria para que Europa pueda competir con Estados Unidos y Japón, auténticos colosos en la materia, que aumentan año tras año la distancia respecto a la UE en inversión en I+D, y por tanto en productividad.

La Red de Universidades Valencianas para el fomento de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (Ruvid) organizó ayer una jornada en el Rectorado de la Universitat de València para explicar a los agentes interesados los elementos centrales del VII Programa Marco. Y para estimularles a que hagan propuestas y se organicen de cara a su puesta en marcha.

A la llamada de Ruvid respondieron, aparte de las universidades, representantes de la Administración autonómica, de dos ministerios, y del mundo empresarial.

La novedad principal del VII Programa Marco -sin contar el aumento presupuestario- recibe el nombre de plataformas tecnológicas. Serafín de la Concha, responsable de Programas de I+D de la UE del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio), explicó que en los anteriores programas marcos se financiaban proyectos concretos. "Ahora se trata de fomentar asociaciones a largo plazo entre empresas y grupos de investigación".

Las plataformas tecnológicas se están estructurando por áreas. Entre otras, "aeronáutica, medicina, nanoelectrónica, o la relativa al hidrógeno", explica Vicente Orts, presidente de Ruvid y vicerrector de la Universidad Jaume I de Castellón. La dimensión de las plataformas será europea; agruparán a universidades, centros de investigación y empresas de varios países. Su función será la de servir de "caja de resonancia" de las prioridades en investigación de la industria, sobre la que recaerá su liderazgo.

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Una vez aceptadas, las propuestas de las plataformas tecnológicas recibirán fondos de la Comisión Europea. Aunque los detalles están por perfilar, Orts calcula que la UE correrá con un tercio del coste total y la industria con el resto.

El sentido de presentar el VII Programa Marco en Valencia, añade Orts, es el de que las universidades valencianas aprovechen las "sinergias y la economía de escala" frente a los "micro proyectos" que podría hacer cada una por su lado. El sentido es también fomentar la presencia de las empresas valencianas en las plataformas tecnológicas, hasta ahora "irregular y diluida". Salvo excepciones. Una de las destacadas es NTDA Energía, dirigida por Agustín Escardino, hijo del secretario Autonómico de Universidad, Ciencia y Tecnología. "Una Pyme centrada en la tecnología del hidrógeno que ha sabido moverse y llegar a posiciones importantes en los órganos ejecutivos" de su plataforma, según explica Orts.

En la inversión en I+D, opina el presidente de Ruvid, se juega el futuro de la industria española y especialmente el de la valenciana, ligada tradicionalmente a otros parámetros, como la mano de obra.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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