El rechazo a la Constitución europea abre una crisis en el Gobierno francés
Fuerte discusión entre el primer ministro y el responsable de Interior
El posible rechazo de los franceses al Tratado Constitucional europeo -pese a la entrada en campaña del presidente Jacques Chirac- empieza a causar estragos en el seno del Gobierno, donde parece haber empezado la lucha por el día después del referéndum del 29 de mayo. Fuentes cercanas al Ejecutivo aseguraron que durante el habitual desayuno que reúne los lunes a los miembros del Ejecutivo hubo una "discusión muy violenta" entre el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, y el ministro del Interior, Dominique de Villepin.
"Cualquiera que sea la respuesta, el sentimiento que expresan los franceses se traducirá en el plan político nacional, a pesar de que no tenga relación con la pregunta formulada", reconoció el domingo Dominique de Villepin en una entrevista a Europe 1. El titular de Interior, que vivió su momento estelar cuando, como jefe de la diplomacia francesa, encarnó la oposición a la invasión de Irak, parece haberse colocado como el hombre de Chirac que gestionará el resultado de la consulta, sea cual sea, algo que ha irritado a Raffarin.
"Francia necesita una política más audaz, mucho más voluntarista, más solidaria", añadió, "será necesaria más exigencia, más solidaridad, más movimiento... para tener más en cuenta los sentimientos, aspiraciones y frustraciones que experimentan".
La radio pública francesa, que dio la noticia de la trifulca de ayer, no dijo cuáles fueron las palabras utilizadas por Raffarin contra De Villepin, pero sí explicó que éste, en presencia del resto de los ministros, le respondió que sus palabras en la radio eran "un encargo"; añadiendo a continuación que el domingo había almorzado con Chirac. La respuesta del primer ministro, que parte mañana en un viaje oficial a China, que le mantendrá fuera de París durante el resto de la semana, llegará probablemente hoy, en la entrevista que tiene programada en la cadena de radio RTL. Fuentes de El Elíseo calificaron la supuesta discusión de "tormenta en un vaso de agua".
Candidatos para sustituir a Raffarin en el Hôtel Matignon no faltan. Además, De Villepin, que el domingo volvió a dejar caer sus intenciones ("toda mi vida me he preparado y entrenado para un cierto número de cosas que correspondan a mis ideales"), y el omnipresente Nicolas Sarkozy (actual secretario general de la Unión para el Movimiento Popular y más interesado en la presidencia), los candidatos más citados son la ministra de Defensa, Michèle Alliot-Marie, y el titular de Economía, el empresario Thierry Breton.
Los augurios sobre la caída de Raffarin han acompañado al primer ministro casi desde su nombramiento, pero nunca como ahora su popularidad había sido tan baja (tan sólo un 29% de los franceses aprueba su gestión) y su presencia frente al Ejecutivo tan negativa para los intereses de la mayoría gubernamental. En círculos políticos citados por la prensa francesa se asegura que quienes organizan la campaña en favor del sí en el referéndum se niegan a programar comparecencias de Raffarin en los mítines, porque es "como hacer campaña por el no". Ayer se publicó la última encuesta de una serie de 16 que desde hace un mes auguran un rechazo a la Constitución europea. Según el sondeo del diario Libération, el no ronda el 53%.
La alarma sobre el futuro de la Constitución europea trajo ayer a París al presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, y el alto representante para la Política Exterior y de Seguridad, Javier Solana. El primero almorzó con el presidente Chirac; el segundo pronunció un discurso en el Instituto de Estudios Políticos de París.
"La falta de unidad y criterio" de los socialistas franceses sobre la Constitución europea influye decisivamente en que el no siga liderando todos los sondeos, dijo Borrell. Y sin abandonar esa línea de dureza, añadió: "La división de los socialistas no ayuda" a lograr que el sí remonte posiciones.
Solana dijo que es "indispensable" que la Unión Europea aumente sus capacidades militares, algo que sólo será posible con el tratado constitucional. El nombramiento de un ministro europeo de Exteriores, aseguró, "deberá permitir una mayor efectividad y coherencia" en la proyección exterior de la UE. La fuerza de atracción que ejerce el modelo europeo, añadió, "es más fuerte que nunca".
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