El laboratorio en casa
Compartir nuestras imágenes con un amigo lejano, realizar montajes con música y texto, proyectarlas El concepto de álbum fotográfico ha cambiado con las cámaras digitales y los nuevos programas de ordenador. Nunca ver fotos había sido tan divertido.
¿A quién no le han invitado alguna vez familiares y amigos a ver las fotos de la boda, del cumpleaños del niño o de las últimas vacaciones? Antes, esto equivalía a instantáneas pasando lentamente por todas y cada una de las manos, de los anfitriones a los invitados, mientras sus autores o protagonistas las comentaban como si aún estuvieran allí.
Pero esto ha pasado a la historia. Los usuarios de cámaras digitales, o los que, aun prefiriendo las convencionales, suelen pasar sus copias a un CD, cuentan con un amplio abanico de posibilidades para compartir sus tomas más cómodamente, con más creatividad y, algo fundamental, sin importar la distancia. El correo electrónico, la presentación en CD o DVD y los álbumes en red son algunas de estas opciones.
Muchos laboratorios fotográficos con presencia en Internet ofrecen espacios gratuitos en sus servidores para que cualquier usuario, cliente o no, deje allí sus fotos y cree su álbum personal en la web. El proceso es tan simple como descargar las fotos de la cámara digital en el ordenador personal, seleccionar las que queremos que formen nuestro álbum y enviarlas a un servicio en línea. Estos servicios cuentan con un asistente que nos indicará los pasos a seguir para colgar nuestras fotos en Internet. Mediante una contraseña podremos acceder a nuestro álbum. Esta fórmula ahorra espacio en el disco duro, aunque conviene guardar una copia en un CD o un DVD en previsión de lo que pueda pasar.
Los laboratorios en la web nos permiten recibir por correo convencional copias de calidad de las imágenes enviadas, algo así como un revelado a domicilio. Las ventajas son varias. Si no tenemos experiencia en ordenadores y no sabemos utilizar herramientas que nos permitan organizar y retocar nuestras fotos, lo mejor es confiar en profesionales que sacarán el mejor partido a nuestras tomas. Aunque sepamos manejar dichas herramientas, si nuestra impresora no es una joya es preferible acudir a un laboratorio especializado.
Otra opción nueva es la de ver las fotos en la pantalla del televisor. Casi todas las cámaras de media y alta gama del mercado incorporan salida de vídeo para poder conectarse al televisor. Es una alternativa a la visión de copias en papel que agiliza y anima este tipo de sesiones, al poder ver las imágenes todos a la vez.
Para usuarios sin alergia al ordenador existen en el mercado programas fáciles de manejar, como Photoshop Album 2.0, de Adobe, o Digital Image Suit 10, de Microsoft, que incluyen herramientas para transferir, organizar, almacenar y compartir las imágenes. Por ejemplo, presentan categorías que ayudan a ordenar las fotos descargadas -por fechas, temas, palabras clave personales - para localizarlas más rápidamente. También permiten al usuario hacer pequeños retoques, como mejorar el contraste, eliminar objetos indeseables o borrar el efecto de ojos rojos.
Otras funciones interesantes de este software son la ayuda para enviar correctamente las imágenes por correo electrónico o la posibilidad de crear fotohistorias con textos, música o comentarios incorporados.
Si nos decidimos a compartir las fotos imprimiéndolas, estos programas cuentan con plantillas que nos permitirán aprovechar el papel de calidad fotográfica al máximo, imprimiendo varias fotos en una sola página. O, en la era del móvil, enviarle a un amigo la imagen de aquel momento a su teléfono, con lo que la sorpresa está asegurada.
Equipos a la medida de la destreza
Para los que no se llevan bien con el ordenador, pero no se rinden fácilmente, existen dos soluciones más sencillas, pero igualmente eficaces. El PrimeFoto, de la empresa Pacific Image Electronics, es una grabadora de CD que permite al usuario de una cámara digital grabar sus fotografías en dicho soporte sin tener que usar un ordenador. El proceso requiere únicamente conectar el equipo al televisor e introducir la tarjeta de memoria de la cámara en la ranura de la grabadora. A partir de ahí, en 20 minutos y siguiendo unos sencillos pasos a través del televisor, el usuario obtiene un CD con sus fotos para guardar o enviar a quien quiera. Otra alternativa igual de atractiva es el equipo iPod Photo, de Apple, disponible tanto para Macintosh como para PC. Es un portátil de atractivo diseño que pesa 166 gramos y que sirve como memoria portátil de música y/o de fotos con una capacidad de almacenamiento de 30 gigabytes, o, traducido a imagen y sonido, 25.000 fotos o 15.000 canciones. Cuenta con una pantalla de dos pulgadas y de alta resolución donde se puede ver un mosaico de fotos entre las que se puede elegir la que queremos ver ampliada. Mediante un cable de audio-vídeo se puede conectar a un proyector o a un televisor, y en la reproducción adapta cada foto al formato de la pantalla: el tradicional 4:3 o el más nuevo y panorámico 16:9.
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