Las firmas niponas temen el choque con Pekín
El llamamiento de sectores nacionalistas chinos al boicoteo de productos japoneses representa una seria amenaza económica
Los intereses económicos japoneses en China, primer socio comercial de Japón desde que en 2004 fue desbancado de ese puesto EE UU, se han visto perjudicados por las numerosas y violentas protestas de decenas de miles de personas en las ciudades chinas de Pekín, Shenzhen, Cantón y Chengdu.
Las manifestaciones del pasado fin de semana, con actos de vandalismo, demostraban el enfado chino por la negación de Japón de su pasado imperialista en los manuales escolares de historia aprobados para el curso de 2006.
También mostraban el rechazo a la pretensión de Japón de entrar a formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU, del que China es miembro, para lograr que su peso político comience a corresponderse con lo que es, la segunda potencia económica mundial.
Desde esas protestas, China ha pasado a ser oficialmente para Japón un "país espeluznante", según la calificó el ministro nipón de Economía, Comercio e Industria, Shoichi Nakagawa, quien dijo estar preocupado por el impacto en las compañías japonesas, que invirtieron un total de 2.700 millones de dólares (2.075 millones de euros) en China en los primeros seis meses de 2004, revelan los últimos datos disponibles.
Aunque el impacto ha sido reducido, si las protestas continúan, como está previsto que ocurra el próximo fin de semana en que han sido nuevamente convocadas, la situación será de alto riesgo para los intereses económicos japoneses en todos los sectores, desde firmas minoristas con tiendas en China hasta fabricantes de maquinaria, han coincidido en apuntar varios analistas de mercado.
Japón está presente en China con unas 16.000 firmas, algunas de las cuales ya se han visto afectadas por el llamamiento al boicoteo de productos nipones lanzado el 1 de abril por la asociación china de empresas minoristas, el mayor grupo de venta al detalle en China, y casi todas por las amenazas, lo que ha llevado a que intenten mantener un perfil bajo para evitar un mayor sentimiento antijaponés.
El boicoteo fue secundado por la cadena de supermercados Nongunshan Jituan, con 1.200 filiales, al dejar de vender la cerveza Asahi, la primera de Japón, y los productos alimenticios de la también nipona Ajinomoto, medida que copiaron otras empresas del sector en provincias como Liaoning, Shandong y Guangdong
El origen del llamamiento al boicoteo y de las subsiguientes manifestaciones está en la publicación por el semanario Guoji Shengqu Daobao, perteneciente a la agencia de noticias oficial china Xinhua, de un artículo en el que se decía que Asahi, Mitsubishi Motors, Ajinomoto, MMC, Hino Motors, Isuzu Motors, la farmaceútica Chugai y otras, apoyaban los libros japoneses que "distorsionan la historia". Esas firmas japonesas se apresuraron a desmentirlo en las páginas chinas de Internet, e incluso distribuyendo comunicados a sus clientes.
Todavía es pronto para determinar cómo afectará a la Bolsa de Tokio, aunque cuantas más protestas haya, más reticentes serán los inversores en comprar acciones con empresas en China.
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