Una carpa en el patio y consulta de ediciones digitalizadas

La Biblioteca Nacional, que tiene 18.000 fichas en torno al Quijote, dedica todos sus rincones a la obra de Cervantes, anunciada desde las grandes letras diseñadas por Alberto Corazón dispersas ante su fachada del paseo de Recoletos, que anoche estrenó una nueva iluminación, con 237 puntos de luz, patrocinada por la Fundación Endesa. En el patio sur se ha instalado la Carpa Quijote, para las actividades de niños y jóvenes, con talleres de grabado y estampación sobre la exposición El Quijote, biografía de un libro, ilustración, cómic y dibujos animados sobre La Mancha, actividades musicales, con conciertos del Siglo de Oro, cuentacuentos, títeres y espectáculos teatrales, a cargo de Galápagos, Teatro Cálido, Teatro Arbolé y Alharaca Teatro.

El Museo del Libro se ha convertido en un espacio más de la exposición, hasta su nueva presentación reformado, con el apartado del Quijote multimedia. En la entrada, Gabriel Corchero ha realizado la instalación El caos de las palabras, a partir de la caída de letras para nuevos libros en una librería y frases en otros espacios sonoros. El visitante entra después en una zona en la que puede navegar sobre una pantalla y elegir escenas seleccionadas de películas de Welles, Franco, Hiller, Yates, Escrivá, Gutiérrez Aragón, y las ilustraciones y grabados de distintas ediciones a lo largo de estos cuatro siglos. En seis ordenadores se puede entrar en una selección de páginas web sobre la novela cervantina y en unas 40 ediciones digitalizadas. Un vídeo explica una imprenta, y en una pantalla táctil se puede componer un texto con la misma tipografía de 1605 y editarlo en papel como recuerdo.