"La presión por el cuerpo perfecto trae el trastorno de alimentación"
Los psicólogos Cristina Migoya y Eduardo Rubio llevan 15 años trabajando con los trastornos de alimentación, una terrible adicción para la que ellos han encontrado una vía de escape: la sofrología. La entrevista se desarrolló con Cristina Migoya, aunque ambos comparten experiencia y opiniones sobre el tema.
Pregunta. ¿Los trastornos de la alimentación son una enfermedad de la época moderna?
Respuesta. Es una enfermedad que la propicia la época moderna. Se conoce más ahora y tiene más incidencia, pero ha existido hace mucho. Realmente es la manifestación lo que cambia; los problemas psicológicos han estado siempre. Al fin y al cabo, los trastornos de alimentación no son sino un síntoma de un problema psicológico.
"La sofrología lleva al paciente a un estado de consciencia distinto desde el que trabajar y solucionar tanto la anorexia como la bulimia"
"Ahora hay mucha presión. Nuestra época fuerte de trabajo es de enero al verano. Y ahora, a la vuelta de Semana Santa, es terrible"
P. Va más allá entonces de querer adelgazar.
R. Lo que pasa es que ahora hay mucha presión. Nuestra época fuerte de trabajo es desde enero hasta el verano, esos seis meses. Y ahora, a la vuelta de Semana Santa, es terrible.
P. ¿A qué se debe?
R. Ahora es cuando todo el mundo se da cuenta de esos kilos que ha cogido en invierno. Y la obsesión por adelgazar la propicia la presión que hay con respecto a la estética, al cuerpo casi perfecto. Afortunadamente ahora se van haciendo campañas en otro sentido, desviando la atención hacia otra estética o hacia otra importancia de la estética. Y estamos viendo aparecer trastornos nuevos, como son la vigorexia o la ortorexia: el ir al gimnasio compulsivamente y la obsesión por comer sano, respectivamente.
P. ¿Hay una frontera clara entre la anorexia y la bulimia?
R. Realmente la anorexia y la bulimia son dos caras de un mismo problema.
P. ¿Cuándo se convierte la comida en un trastorno?
R. Cuando a uno le crea un problema. Cuando te comes un regaliz y no eres capaz de prescindir de él y de controlarlo. Es algo diferente que la dificultad de hacer una dieta, que siempre cuesta.
P. ¿Cómo han evolucionado en estos 15 años los trastornos de la alimentación?
R. Ahora hay más casos de bulimia, de comedores compulsivos, que de anorexia. Y la incidencia es cada vez mayor en gente más joven. Hemos visto hasta casos de niñas de ocho años, aunque lo frecuente es que la anorexia se dé en la adolescencia y más en niñas que en niños.
P. ¿Tienen culpa los padres?
R. Se culpan muchísimo, pero no tienen culpa. Los padres hacemos lo que podemos, lo que sabemos.
P. ¿Qué se puede hacer para prevenir?
R. La prevención se hace dando una información a los padres y creando herramientas para que los niños hagan frente a la vida, que crezcan en autoestima, pudiendo valorar adecuadamente la publicidad y la presión de los medios.
P. ¿Y para curar?
R. Nosotros utilizamos la sofrología, que es una herramienta de trabajo, potentísima. Trata de que el paciente llegue a un estado de consciencia distinto, a un estado desde el que puedas trabajar. Es una plataforma metodológica desde la que trabajar las fobias.
P. ¿En qué consiste?
R. En llevar al paciente, y enseñarle cómo hacerlo él mismo, al mismo estado en el que está en esta franja que existe entre la vigilia y el sueño, que se da dos veces al día, al principio del sueño y antes de despertar. Lo que se intenta es permanecer en este estado los 20 minutos que es lo que dura la sesión.
P. ¿Qué le aporta la sofrología a los trastornos de la alimentación?
R. Lo que a cualquier otro trastorno, el hecho de tomar una conciencia diferente. Es como una puesta a punto. El paciente se ve a sí mismo de otra manera.
P. ¿Con esta técnica, cuánto tarda en resolverse un caso de anorexia?
R. Es muy variable, pero siempre menos del tiempo que lleva el paciente padeciéndolo. Ha habido casos resueltos en unos meses.
P. ¿Y cómo lo logran?
R. Primero, centrando el problema y luego, dándole al paciente estrategias para hacer frente, por un lado, al síntoma y por otro a la causa que lo provoca. Todo ello estableciendo pequeñas metas posibles que lleven al paciente a sentirse bien.
P. ¿Una persona anoréxica o bulímica lo es toda la vida, comos se dice que lo es un alcohólico o un drogadicto?
R. No. Y tampoco creo que lo sean un alcohólico o un drogadicto. Sería terrible.
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