Mas supedita ahora la aprobación del Estatut a que Cataluña tenga una financiación diferenciada

Artur Mas sumó ayer otra exigencia para que Convergència i Unió (CiU) bendiga la reforma estatutaria: que Cataluña tenga un modelo de financiación distinto al de las comunidades de régimen común y dé, en el futuro, los mismos beneficios que el cupo foral. Fue la respuesta a la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que anteayer descartó un régimen singular para Cataluña. El consejero de Relaciones Institucionales, el ecosocialista Joan Saura, apremió al Ejecutivo a clarificar su posición respecto a las demandas de autogobierno catalanas.

Las palabras de Fernández de la Vega no han dejado impasible a ningún partido político catalán. Tan sólo el Partit dels Socialistes (PSC) mantuvo ayer un discreto silencio, pues entiende que la vicepresidenta en ningún momento objetó los planteamientos del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Es decir, que el nuevo modelo financiero para Cataluña puede ser exportable a otras comunidades.

Mas, también lo entiende así. "Que después otros se quieran añadir, que lo hagan, no tenemos ningún inconveniente. No negamos nada a nadie", afirmó el líder de la oposición. Pero, de momento, los nacionalistas exigen una financiación específica para que su formación suscriba el nuevo Estatuto: "Estos días estamos viendo una vez más un gran lío permanente por parte de los socialistas. Y así no se puede hacer un estatuto, y no porque nosotros no queramos, sino porque los socialistas lo acabarán impidiendo. No podemos vivir instalados en este lío permanente". Ante este escenario, Mas reclamó a los socialistas que aclaren su posición para conocer "cuál es el terreno de juego".

Similar petición formuló también el líder de Iniciativa per Catalunya Verds y consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, quien urgió al Gobierno a revelar sus planteamientos respecto a las demandas estatutarias y de financiación de Cataluña. "Ya es hora de que el Gobierno pase de las buenas palabras, o de palabras no tan buenas, pero simplemente palabras, a los hechos".

Saura reiteró que el tripartito defiende que la nueva fórmula financiera arroje unos resultados similares a los obtenidos por Euskadi o Navarra, las comunidades de régimen foral. El consejero precisó que este objetivo pueda alcanzarse bien de manera bilateral o multilateral, o sea, negociado directamente con el Ejecutivo central o aprobado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera con el resto de las comunidades de régimen común.

En el otro lado del arco parlamentario, el popular Josep Piqué vio en las declaraciones de Fernández de la Vega la confirmación de sus tesis. "Cuando hablábamos de pactar la financiación en el Consejo de Política Fiscal y Financiera se nos decía que éramos unos aguafiestas, pero ahora nuestras propuestas realistas las asume todo el mundo", afirmó durante un acto en Blanes.

No obstante, el presidente del PP catalán fue mucho más allá y exhortó a Maragall a poner punto final a la legislatura y convocar elecciones anticipadas "porque no se han afrontado los grandes retos". Se refería al Estatut, la financiación, la ley electoral y la división territorial. "Los problemas no son las selecciones catalanas ni los papeles de Salamanca, sino la deslocalización productiva que afecta a la industria y el turismo y la cohesión social a raíz del alud de inmigrantes que han llegado en los últimos años", aseguró.

El republicano Joan Puigcercós adoptó un tono más irónico para responder a la vicepresidenta y afirmó que "ahora mismo" su partido firmaría que todas las comunidades autónomas tuvieran los mismos recursos. "Cataluña daría un salto espectacular cuando tuviese la misma inversión pública que Madrid", sostuvo.

Por su parte, el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, apostilló: "Ninguna razón impide que Cataluña pueda tener un sistema propio de financiación, que no olvidará la solidaridad con el resto del Estado".