La difícil apertura de centros de atención a los inmigrantes
La atención a los inmigrantes, ya sea para garantizarles alojamiento en temporadas agrarias o incluso en la tramitación de documentos, ha sido, a veces, mal entendida por los vecinos de las zonas donde se desarrolla. En ocasiones, las suspicacias tornan en oposición abierta y hacen muy difícil simples gestiones. Es el caso del consulado de Marruecos en Almería, cuya ubicación es motivo de discordia desde hace años.
Los vecinos del popular barrio de Pescadería no se lo pensaron dos veces cuando el entonces alcalde de Almería, el socialista Santiago Martínez Cabrejas, propuso ubicar allí el consulado de Marruecos. Era el año 2001 y las protestas de los vecinos derivaron en cortes de carretera, barricadas y manifestaciones multitudinarias.
Las protestas obligaron a las autoridades a buscar un nuevo emplazamiento. Se habló primero de la calle Gerona, pero finalmente se decantaron por el barrio de Mediterráneo-Oliveros. Se reprodujeron las protestas vecinales, pero en diciembre de 2001 y custodiado por la policía, el consulado abrió. Desde entonces, la oficina funciona con normalidad, aunque las largas colas en la calle donde está situada han vuelto a originar quejas y, otra vez, se estudia una nueva ubicación para el consulado.
Alojamiento escaso
Más habituales son los problemas para abrir un centro de atención a inmigrantes temporeros en los pueblos agrarios. Muchos municipios no aprovechan las ayudas para construir alojamientos. En Lucena, la cuestión ha resultado conflictiva, aunque ahora está aparcada hasta el próximo invierno. El alcalde de la localidad, José Luis Berguillos (PSOE), asegura que, para entonces, habrá un centro de atención, algo que no ha podido ser este año por las presiones vecinales.
Los que se oponían argumentaban que el centro haría subir el número de extranjeros en su barrio. El alcalde de Lucena admite que esas presiones pudieron influir en la negativa de un empresario a alquilar la nave en la que iba a ir el centro de atención. Pero disculpa a sus vecinos: según Berguillo, las críticas surgieron de "la falta de información".
En Algeciras, el intento del Gobierno de convertir la antigua prisión provincial en un centro de internamiento para inmigrantes fracasó, informa Cándido Romaguera. El entonces alcalde, Patricio González (PA), encabezó las multitudinarias protestas, apoyadas por todos los partidos. El argumento esgrimido era que la antigua prisión estaba en una zona céntrica y se ofreció al Ministerio del Interior otros terrenos en el extrarradio de la ciudad. La antigua prisión, aún con una actividad mínima, se usa sólo como centro de estancia temporal de inmigrantes.
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