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Glantz disecciona el cuerpo femenino en fragmentos literarios

La escritora recupera en su libro de relatos a la protagonista de 'El rastro', Nora García

"He vuelto a coleccionar aquí varios relatos. Su reescritura responde a una historia dosificada, escrita a cuentagotas y contra el tiempo, demorada año tras año. Reunidos, forman otra historia, o, ¿por qué no?, la misma historia", escribe Margo Glantz (Ciudad de México, 1930) al inicio de Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador (Anagrama), autobiografía peculiar de Nora García, la protagonista de su libro anterior, El rastro.

"Es una farsa, una autobiografía que no tiene el carácter heroico de las grandes confesiones"

"Trabajo siempre con fragmentos del cuerpo y con fragmentos del lenguaje", dijo ayer Margo Glantz en la presentación de Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador. El libro reúne una decena de relatos hilados a partir de las vivencias de Nora García, una mujer obsesionada con los zapatos de Salvatore Ferragamo, artesano que vistió con tacones de aguja los pies más afortunados.

El cuento que cierra la obra, que también se puede leer como una novela, se centra en otra parte de la anatomía femenina: los senos. La protagonista se dirige a un centro médico para hacerse una mamografía. Allí, su cuerpo se despersonaliza al convertirse en materia de laboratorio. "Manejo temas muy menores, aspectos que no parecen tener la menor importancia. Es una farsa, una autobiografía que no tiene el carácter heroico de las grandes confesiones", afirmó la autora, especialista en convertir la ironía y el buen humor en emblemas de su literatura. "Hay una voracidad implacable de la mirada. Para que funcione es necesario un despojamiento muy fuerte, suprimir todo lo innecesario", añadió.

Escritora y personaje comparten aficiones, como su gusto por los zapatos de diseño y su cariño por los perros. Sin embargo, esta no es la autobiografía de Glantz, sino la de Nora García. Y a lo mejor ni eso, porque la narradora ficticia es una gran fabuladora. "Hay muchas cosas personales. Sin embargo, las referencias a mí misma quedan anuladas por la parodia", aclaró la autora, una de las más destacadas del mundillo literario mexicano.

El motivo del calzado no es una frivolidad en la trama, sino símbolo de la desdicha sentimental de la protagonista. "Es un personaje muy desgraciado en el amor. Cada vez que sufre un desengaño se compra unos zapatos más pequeños que le van deformando los pies. No opta por el suicidio típico de heroínas literarias como Madame Bovary o Anna Karenina. El libro es también una crítica a cierta literatura femenina en la que hay demasiado regodeo".

En Historias de una mujer..., Glantz no sólo se dedica a diseccionar el cuerpo de Nora García, para recuperar al final su integridad. Sus páginas van repletas de luchas con el lenguaje y reflexiones literarias. Como punto de partida: un poema de Octavio Paz titulado Las palabras -"Dales la vuelta, / cógelas del rabo (chillen, putas), / azótalas, / (...)"-. "Juego mucho con una determinada idea de la escritura. La metáfora del poema de Octavio Paz se convierte aquí en la literalidad más flagrante. La aplico a un personaje con unas injerencias corporales que le permiten hacerla suya", explicó la escritora, quien defiende que "escribir es desgarrarse y destruirse", como lacerado está el cuerpo de Nora.

Las andanzas de la protagonista no concluyen en este libro heterodoxo. Glantz ya tiene entre manos nuevos episodios de su vida, esta vez centrados en los dientes. "Analizando unos cuadernos de Juan Rulfo descubrí su proceso para encontrar el nombre de Pedro Páramo. Le llamaba de distintas maneras. Una de ellas, Maurilio Ramírez. Finalmente, dio con el bueno. Con modestia, yo he encontrado a mi Nora García, que me ayuda en la tarea de la fragmentación y de la recuperación del fragmento", concluyó la escritora.

Margo Glantz, en Barcelona.
Margo Glantz, en Barcelona.MARCEL.LÍ SÀENZ

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