Fidel Castro revalúa el peso cubano frente a las divisas

A partir del 9 de abril, Cuba será más cara para los turistas y los numerosos cubanos que reciben dinero del extranjero. Debido a la última medida anunciada por Fidel Castro para "revalorizar" el peso convertible cubano (CUC), a partir de esa fecha, el dólar y todas las monedas extranjeras, incluido el euro, se devaluarán un 8% en relación al CUC -únicamente válido en Cuba-, que coexiste en la isla con el peso cubano y que era equivalente al dólar.

Castro informó la semana pasada de que, "por el momento", el CUC se revalorizará un 8%, pero adelantó que la idea era "fortalecer de forma progresiva" esta moneda, en la medida en que la situación económica lo permita. En otras palabras, que el poder adquisitivo de las divisas extranjeras en la isla puede mermar aún más en el futuro.

Los más perjudicados por la medida del Banco Central de Cuba (BCC) son los turistas y extranjeros que residen en la isla, y, desde luego, los cubanos que reciben remesas de sus familiares en EE UU, cerca de un 50% de la población, según cálculos no oficiales.

Más del 50% del turismo que recibe Cuba procede de la UE, y los precios de los hoteles, restaurantes, servicios y, en general, de todos los productos que se venden en moneda fuerte, de por sí eran elevados. "Ya Cuba era un país caro pagando en euros. ¡No digamos ahora!", comentaba un operador turístico. Para los cubanos que reciben dinero del exterior, la situación es todavía más preocupante. Si alguien en Miami o en Madrid envía a un pariente un billete de 100 dólares, éste recibirá 82 CUC.

Las cuentas bancarias en dólares seguirán operando normalmente hasta el 8 de abril con el cambio de uno a uno con el CUC. Pero después, no podrán recibir nuevos depósitos. El presidente del BCC, Francisco Soberón, admitió que la medida encarecerá el gasto de los turistas, aunque opinó que el CUC en su nuevo valor "sigue siendo una moneda extraordinariamente barata para el que venga con euros o libras esterlinas". Según Soberón, los cubanos que reciben remesas verán reducidos sus ingresos, lo que puede obligar a los emigrantes a incrementar sus envíos de dinero.