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Un programa mejora la reconstrucción estética tras una parálisis facial

La técnica permite una sonrisa más simétrica

Un sistema informático que capta el movimiento facial en tres dimensiones está permitiendo a especialistas de cirugía plástica mejorar notablemente los resultados de la reconstrucción estética de las parálisis del rostro. La técnica sirve además en el ámbito legal como una novedosa herramienta de peritaje para daños provocados por accidentes laborales o de tráfico.

Este captador facial, desarrollado por la empresa española STT Ingeniería y Sistemas de San Sebastián (Guipúzcoa) e incorporado por la Clínica Universitaria de Navarra (CUN), ha permitido atender a más de 50 pacientes con parálisis facial, la serie más larga de España. La parálisis facial afecta cada año a nueve de cada 100.000 habitantes y su origen es diverso, desde causas obstétricas o congénitas a motivos farmacológicos, traumáticos o quirúrgicos. El descolgamiento de un lado de la cara impide al afectado mover correctamente la boca o sonreír.

El equipo del servicio de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética de la CUN captura y cuantifica el movimiento facial en tres dimensiones a través de cámaras infrarrojas y un programa informático que procesa el movimiento antes y después de la reconstrucción, para lo cual se ha creado un método exacto de medición que incluye parámetros como ángulos y velocidad de arrastres de las comisuras o barridos de superficie. Esto es posible gracias a la colocación de terminales reflectantes orientadas a cámaras infrarrojas. De este modo se puede conocer la potencia de arrastre que precisa el músculo para que la sonrisa sea simétrica.

"Al realizar el trasplante muscular", explica Bernardo Hontanilla, especialista del Servicio de Cirugía Plástica, "seguimos los criterios calculados por el captor facial para establecer la simetría con el lado sano. El equipo nos da la información exacta para planificar el tratamiento mediante injertos nerviosos y trasplantes musculares", añade.

Las técnicas estáticas están indicadas para pacientes mayores de 70 años. Consisten en resuspender la parte caída de la cara con tendones propios del paciente o material aloplástico. "Si los músculos han sido enervados por la lesión, éstos pueden volver a recuperar el movimiento durante un máximo de dos años sin atrofiarse. Si pasa más tiempo", señala Hontanilla, "la musculatura facial se atrofia y son necesarias otras técnicas". En evoluciones menores de 24 meses se utilizan transferencias nerviosas del nervio facial contralateral sano a través de autoinjertos nerviosos. Con este sistema, el paciente puede mover la cara cuando lo desea. Si la parálisis facial tiene más de dos años, se implanta un músculo de otra parte del cuerpo, normalmente el recto interno de la pierna o el dorsal ancho, cuyo poder contráctil es importante y consigue un arrastre de la comisura bucal muy aceptable.

La unidad de parálisis facial de la clínica pamplonesa estudia la puesta en marcha de un banco de nervios. Actualmente analizan el resultado de trasplantes con nervios de cadáveres.

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