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LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M

Blanco y Rajoy se reprochan los contactos de militantes de ambos partidos con islamistas

El PP dice que ignoraba las conversaciones entre Huarte y Bensmail grabadas por Interior en 2002

El PSOE y el PP se exigieron ayer mutuas explicaciones e intercambiaron duros reproches por los contactos de militantes de ambos partidos con el preso islamista argelino Abdelkrim Bensmail, muy relacionado con Allekema Lamari, uno de los supuestos jefes del atentado del 11-M que se suicidó en Leganés. José Blanco, secretario de Organización del PSOE, pidió al PP que explique las relaciones de su militante Vicente Ibor como abogado de islamistas implicados en el 11-M. Y Mariano Rajoy, líder del PP, pide que no se cierre la comisión de investigación y allí se aclaren todos los contactos.

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El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, calificó de "muy grave" el que el militante y concejal del PP Vicente Ibor se entrevistase con dos implicados en la matanza del 11-M ese mismo día. Según consta en el sumario judicial, Mohamed Chedadi y Abdel Chedadi se entrevistaron con Vicente Ibor en el despacho de abogado de éste en Paiporta (Valencia) el mismo día de los atentados de los trenes de cercanías. Blanco, tras destacar la "gravedad" del hecho, apeló a "la teoría del PP según la cual los partidos conocen las actividades de sus militantes", para exigir explicaciones al PP.

"El PP no puede decir una cosa y la contraria y, luego, no dar explicaciones", señaló el secretario de Organización del PSOE, en alusión a las exigencias a su partido por parte del PP de que explique ante la comisión parlamentaria de investigación del 11-M las relaciones entre el militante socialista Fernando Huarte y el preso islamista argelino Abdelkrim Bensmail.

Blanco se dirigió a Ángel Acebes, secretario general del PP y ministro del Interior cuando se produjo el atentado del 11-M. Calificó su actitud de "patética" y le reclamó que "en vez de pedir explicaciones, dé respuestas".

Mientras, desde el PP, Mariano Rajoy reclamó: "La comisión de investigación no se puede cerrar". Según él, "quien quiera cerrarla es evidente que pretende que no se conozca la verdad".

Rajoy pidió que esa comisión siga abierta para recibir las comparecencias y "toda la información de las reuniones del militante socialista Fernando Huarte con el lugarteniente de uno de los principales implicados en el 11-M", el argelino Lamari. Según Rajoy, tanto José Blanco como Alfredo Pérez Rubalcaba "proclamaron entre el 11 y el 14 que tenían información privilegiada sobre la autoría del atentado". Y siguió: "Yo no sabía nada y quiero saber qué información tenía ese militante socialista Huarte y a quién informaba en su partido".

El líder popular añadió que tampoco el anterior ministro del Interior, Ángel Acebes, tenía información sobre el islamista Bensmail, y desconoce los motivos por los que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias no consideró oportuno trasladar a la policía o al juez el contenido de las conversaciones de Huarte con Bensmail en marzo y abril de 2002 en la cárcel de Villabona. Preguntado por este asunto, Rajoy replicó que la mejor forma de saber la verdad consiste en permitir que la comisión de investigación continúe sus trabajos y comparezcan en ella, al menos, el socialista Huarte, y los directores del CNI actual, Alberto Saiz, y el anterior, Jorge Dezcallar, además de José Blanco.

Rajoy dijo que, como líder del PP, no tiene inconveniente alguno a que la comisión de investigación cite también al abogado y militante popular Vicente Ibor, o a que el PSOE solicite las llamadas telefónicas realizadas por este abogado entre el 11 y el 14 de marzo de 2004 de la misma forma que el PP ha solicitado las llamadas del socialista Huarte en esas mismas fechas.

Rajoy también incluyó en sus reclamaciones de información a Blanco los motivos por los que el PSOE admitió como militante en Madrid a un sirio que había sido detenido tras el 11-M, puesto en libertad y que ahora está encarcelada por su presunta participación en la matanza. "No es normal ni ocurre en ningún país democrático que el partido del Gobierno tenga como afiliado a un presunto terrorista", afirmó. Este militante fue expulsado del PSOE a las pocas horas de conocerse su imputación en el 11-M.

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