Contra la red de alta tensión

Veinte años después de las primeras tentativas, el último proyecto para construir una línea de alta tensión en Vizcaya ha vuelto a levantar un gran rechazo social. La protesta es ahora contra una red entre los municipios de Muskiz y Abanto, con 32 torres a lo largo de 11 kilómetros, que sería complementaria a otra también pendiente de aprobarse: el gran proyecto entre Penagos (Cantabria) y Güeñes, que discurre a lo largo de 25 kilómetros de Vizcaya e incluye 60 torres de 66 metros de altura. Esta línea lleva ya año y medio pendiente de recibir el visto bueno medioambiental, la declaración de utilidad pública y la aprobación del proyecto por el Gobierno central.

La red entre Muskiz y Abanto ha llevado a una docena de colectivos y tres partidos de Muskiz (PSE, EA y Ezker Batua), además de otros grupos ecologistas, a presentar alegaciones a esta infraestructura promovida por Red Eléctrica Española (REE), la empresa que se encarga de transportar la electricidad en España y garantizar el suministro. El Departamento de Medio Ambiente está estudiando el proyecto para decidir si presenta también objeciones a la infraestructura, aseguró un portavoz oficial de la consejería.

Es un intento más de construir una línea de alta tensión en territorio vizcaíno. En los años 80 se quiso crear la red a través de Karrantza. La fuerte oposición social llevó a paralizar los planes a mediados de los 90. En 2001, se retomaron por Galdames, lo que supuso la creación de una plataforma contra la instalación.

La red entre Muskiz y Abanto pretende ser otra opción para la salida de la electricidad generada por las nuevas centrales energéticas en el Puerto de Bilbao: las dos Bahías (la de ciclo combinado y la regasificadora) y la nueva central de Iberdrola. Ahora, la única vía discurre a través de La Arboleda y Portugalete para llegar a la estación de Güeñes, que distribuye la energía de casi toda Vizcaya.

El proyecto se conoció en febrero y la fase de alegaciones concluyó el pasado 18 de marzo. La red tiene sólo cuatro kilómetros en línea recta, pero alcanza los once porque da un rodeo para evitar el municipio de Muskiz y la refinería de Petronor.

La plataforma que se ha formado en Muskiz aduce que, pese a ello, la línea (que es la de mayor potencia del mercado, con 400.000 voltios) pasa a 40 metros de al menos seis viviendas, cuando la UE recomienda que instalaciones de estas características se sitúen a más de 400 metros de zonas pobladas. En sus alegaciones, señalan que atraviesa las marismas de Barbadun, declaradas zona húmeda por el Gobierno, lo que impide el paso de tendidos eléctricos.

La coordinadora, que ha recogido 2.000 firmas contra el proyecto, logró que este asunto se tratara en el pleno municipal, donde el PNV, que gobierna con mayoría absoluta, rechazó pedir la paralización y adujo que correspondía a las instituciones vascas.

El proyecto de la red entre Muskiz y Abanto también ha sido objeto de alegaciones de grupos ecologistas como Izate, partidario de paralizarlo porque no está formulada la declaración de impacto ambiental del trazado Penagos-Güeñes, del que depende. Además, indica que la declaración de impacto debería realizarla el Gobierno vasco, en vez del central, y se opone al paso por las marismas del Barbadun y los impactos sobre aves y flora.