Los cortos salen del armario
La ruta de los festivales españoles de cortometrajes es tan inabarcable que "se podría estar residiendo en festivales durante todo el año enlazando uno con el siguiente", como escribe Antonio Sempere en su librito sobre el tema. Fuera de España ocurre algo parecido: a través de Internet hay convocados al menos otros cien festivales de relieve, con lo que se podría tener ocupado el año entero. Los cortos están en alza, aunque rara vez puedan verse en las pantallas comerciales.
Hubo un tiempo en que los exhibidores estaban obligados a proyectar un cortometraje antes de cada película, pero poco a poco fueron dando esquinazo al tema hasta llegar a olvidarlo. En muy pocos cines se mantiene tan sana costumbre; en los demás prefieren ahogarnos en anuncios. Por su parte, las escasas cadenas televisivas que prestan atención al cortometraje no dan abasto para cubrir tanta oferta, y suelen ceñirse a los que han ganado en festivales. Éste es el caso reciente de 7.35 de la mañana, de Nacho Vigalondo, que tan cerca ha estado de conseguir el Oscar.
La editora theENd ha anunciado estos días la publicación en DVD de este famoso cortometraje, junto a otros que también destacaron en el festival de Gijón de hace dos años. Bajo el título genérico de Metraje corto, se han editado asimismo DVD con las mejores muestras de los festivales de Alcalá de Henares, InCurt de Tarragona, y Sitges, al que se dedican dos discos, uno con trabajos de animación. El mundo del corto va saliendo del mutismo. Incluso produce noticias propias como la del rodaje de Hasta la muerte, un western que recupera para el cine los paisajes de Almería, o el spot que Isabel Coixet rueda como promoción del 50º aniversario del festival de Valladolid, donde se presta una especial atención al corto. (Por cierto, preocupa que sigan sin encontrar quien reemplace a Fernando Lara: octubre está a la vuelta de la esquina).
En su librito En corto, Sempere destaca 50 perlas del cortometraje español del 2004. Muchas de esas perlas recorrieron casi todos los festivales del año, logrando así, según el autor, más proyecciones que algunos largometrajes "que no despertaron ni el más mínimo interés allá donde se estrenaron". Lo curioso de esta observación es que algunos de esos largos fracasados son obra de antiguos cortometrajistas de prestigio a los que sentó mal el cambio de formato. Quizá haya directores específicos para el corto. De otra forma, la nómina de directores de cine (en paro) podría aumentar de forma disparatada.
De momento, durante el próximo mes de abril se celebrarán festivales de cortometrajes, entre otras plazas, en Granada, Medina del Campo, Écija, Errentería, Rivas-Vaciamadrid, Zaragoza, Móstoles, Sagunto, Lleida, Tarragona... ¿Cuántos buenos directores darán en ellos sus primeros pasos? ¿Qué pasará luego con ellos?
