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La Seguridad Social tramita diariamente 2.500 solicitudes para regularizar inmigrantes

Cataluña habrá legalizado la situación de 150.000 extranjeros al final del proceso

Miquel Noguer

El proceso extraordinario de regularización de inmigrantes despega en Cataluña. Tras unas primeras semanas de confusión en las oficinas de la Tesorería de la Seguridad Social, los patronos han comenzado a acudir a miles para regularizar la situación de muchos de sus empleados sin papeles. Desde el pasado 7 de febrero ya se han tramitado 40.000 solicitudes y en las últimas semanas el ritmo de entrada de solicitudes ha crecido hasta llegar a las 2.500 diarias.

De continuar el actual ritmo de entrada de solicitudes, el número final de inmigrantes regularizados en Cataluña alcanzará los 150.000. Lo afirmó ayer el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, quien aseguró que el proceso está funcionando "según lo esperado", a pesar de unas primeras jornadas en las que apenas se legalizaba la situación de un centenar de inmigrantes al día.

Por provincias, la que más solicitudes está tramitando es la de Barcelona, dónde ya se han presentado 29.000. La siguen Girona, con 5.600; Tarragona, con 4.000, y Lleida, con un millar. El hecho de que la campaña de recogida de fruta todavía quede lejos hace, según Rangel, que los empresarios de Lleida no hayan acudido a las oficinas de la Tesorería de la Seguridad Social para regularizar a sus trabajadores.

El sector servicios, que incluye el comercio y el servicio doméstico, concentra la mayor parte de las solicitudes: el 68% del total. De éstas, la mitad son de personas dedicadas a la limpieza y al cuidado de niños o ancianos. La construcción es el otro gran sector productivo que está regularizando inmigrantes de forma importante: en él trabajan el 22% de los extranjeros regularizados hasta ahora.

Los inmigrantes que más se están beneficiando del proceso extraordinario, que finalizará el próximo 7 de mayo, son, por este orden, los ecuatorianos, marroquíes, colombianos y paquistaníes, que copan las solicitudes.

Comparar los datos de Cataluña con los del resto de España se hace difícil por la falta de datos actualizados de todas las comunidades. Sin embargo, todo indica que el ritmo de regularizaciones en las cuatro provincias catalanas es bastante superior a la media de España, donde hasta el 8 de marzo se había regularizado a 128.000 inmigrantes.

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Pero no todos los extranjeros sin papeles se podrán beneficiar del proceso abierto por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque se llegara a regularizar a los 150.000 extranjeros que prevé Rangel, en Cataluña quedaría una bolsa de sin papeles no precisamente pequeña y que se situaría, según algunos estudios publicados recientemente, por encima de las 100.000 personas. Son las que han llegado después del 8 de agosto, fecha límite para acogerse al actual proceso; las que no tienen una oferta firme de trabajo, y las que no pueden presentar un certificado de que no tienen causas pendientes con la justicia en sus países de origen.

Sin papeles para todos

En algunos casos los inmigrantes cumplen todos los requisitos excepto el de haberse empadronado antes del 8 de agosto, y no lo hicieron, afirman, porque el anterior Gobierno aprobó una ley, con el apoyo del PSOE, que permitía a la policía acceder a los datos del padrón. El miedo les aconsejó no empadronarse y ahora lo están pagando caro. Por este motivo, la Coordinadora de Entidades de Inmigrantes de Cataluña (CEIC) amenazó ayer con convocar movilizaciones si en un plazo inferior a un mes el Gobierno no flexibiliza las condiciones para la regularización y permite presentar justificantes alternativos al certificado de empadronamiento.

Otro problema de los inmigrantes es cómo obtener el certificado de penales en unos consulados a menudo saturados. Rangel quiso tranquilizarlos asegurando que la Administración será flexible con las personas que acrediten haberlo solicitado en su representación consular "en el plazo señalado".

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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