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Cuba ofrece en Madrid diálogo sobre derechos humanos si la UE se desmarca de EE UU

El canciller cubano se reúne con Zapatero y transmite al Rey una invitación para visitar la isla

Felipe Pérez Roque, ministro cubano de Asuntos Exteriores, anunció ayer en Madrid que el Gobierno de Fidel Castro está dispuesto a abrir un nuevo diálogo con la Unión Europea sobre derechos humanos y las cárceles en Cuba, siempre que se creen nuevas "condiciones políticas", que resumió así: Europa debe dejar de apoyar las propuestas de EE UU en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. El canciller cubano fue recibido por don Juan Carlos, al que transmitió la invitación de Castro para que visite Cuba, y por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

No ofreció Pérez Roque a la prensa más esperanzas concretas de que se produzcan nuevas liberaciones de los más de 60 presos políticos que siguen encarcelados desde marzo de hace dos años. Dijo que han sido justamente condenados según las leyes cubanas y añadió que, "en Cuba como en España, a los presos los ponen en libertad los jueces, no el Gobierno".

El canciller, que transmitió al Rey una invitación para que visite Cuba y afirmó que Castro tiene intención de asistir a la Cumbre Iberoamericana de Salamanca, el próximo noviembre, reconoció que su colega, Miguel Ángel Moratinos, le había expresado su disconformidad con esa interpretación de un modo "franco". Pérez Roque puso esa franqueza como ejemplo del diálogo "basado en el respeto mutuo" que dijo querer entablar con los europeos.

Tanto Zapatero como Moratinos le reiteraron al canciller que los avances precisos que se esperan en materia de reformas democráticas y, sobre todo, de derechos humanos, deben hacerse realidad antes de que, en junio, la UE vuelva a revisar su política hacia Cuba. De no ser así, ni España ni Europa podrían seguir trabajando para flexibilizar las relaciones con el régimen castrista, dijo el presidente del Gobierno.

Las autoridades españolas insistieron en su deseo de que se reabra el Centro Cultural español en La Habana. Cerrado porque el Gobierno castrista suspendió la licencia de uso del edificio público en el que operaba, como represalia a las medidas adoptadas por la UE en 2003, el Gobierno español estima lógico que, "más pronto que tarde", según un alto funcionario, se vuelva a la situación anterior, como ha hecho la Unión en las invitaciones a los disidentes.

Pérez Roque insistió en pedir el apoyo español si se cumple el vaticinio cubano de que EE UU presentará una dura propuesta contra el régimen de Castro en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Fuentes diplomáticas señalaron que España no es ahora miembro de dicha comisión y que, por tanto, no vota, aunque sí puede influir en la política europea y ha ejercido en ocasiones su derecho a copatrocinar una propuesta de resolución con otros países. Por ahora, faltan muchos datos para saber cuál será la posición española sobre ese asunto, añadió la fuente.

Un último aspecto de las conversaciones se refirió a los problemas -de cobro, en algunos casos, y relacionados con contratos y concesiones- de las empresas españolas con intereses en Cuba. Pérez Roque se reunió en el Consejo Superior de Cámaras de Comercio con 80 empresarios.

La visita del ministro cubano marca un indudable "paso adelante", según Moratinos, en el proceso de normalización de relaciones que persigue el Ejecutivo. Desde la Cumbre Iberoamericana de La Habana, en noviembre de 1999, el presidente del Gobierno español no se había entrevistado con ningún miembro de la jerarquía cubana. Tampoco el Rey había recibido a un canciller de la isla desde septiembre de 1999, a pesar de que Pérez Roque estuvo en España en febrero de 2000.

El ministro cubano dijo ayer que venía a España por "agradecimiento" al impulso que Madrid había dado al cese de la política europea de invitar disidentes a las embajadas de los países de la UE en La Habana y porque ha comprobado la influencia española en otras capitales de la Unión. Esa influencia, añadió, puede ser muy útil a la hora de replantear un diálogo con la UE, paralizado por las divergencias sobre derechos humanos.

Los encuentros fueron planteados con cautela diplomática. De hecho, La Moncloa no confirmó la cita de Pérez Roque con Zapatero hasta cinco minutos antes de que se produjera, y medios gubernamentales habían advertido de que la entrevista se realizaría si había ido bien la reunión del canciller con Moratinos.

La cautela incluyó también la intervención de una fuente diplomática española autorizada que, tras iniciarse la reunión entre los dos ministros, manifestó que de la visita no se esperaban resultados "espectaculares", como hubiera podido ser la liberación inmediata de otra tanda de presos. "El trabajo con Cuba es a largo plazo. Hay que darles tiempo", precisó la fuente. Otro portavoz de Exteriores aseguró que Pérez Roque fue mucho más flexible en las reuniones que ante la prensa.

Felipe Pérez Roque (izquierda) y Miguel Ángel Moratinos, tras su entrevista.
Felipe Pérez Roque (izquierda) y Miguel Ángel Moratinos, tras su entrevista.CRISTÓBAL MANUEL

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