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La UE y Marruecos reabren el diálogo para desbloquear el acuerdo de pesca

Rabat negocia con una delegación de Bruselas por primera vez desde la ruptura en 2001

Gabriela Cañas

Un equipo técnico de la Comisión Europea partió en la tarde del domingo hacia Rabat para mantener ayer y hoy una primera y crucial reunión con las autoridades de Marruecos para lograr un nuevo acuerdo pesquero. Es la primera vez desde que se rompió el anterior, en 2001, que Marruecos accede a sentarse a negociar con un único punto en la agenda: explorar la posibilidad de suscribir un nuevo pacto. La diplomacia española, que mantuvo el pasado día 4 una discreta reunión de alto nivel con Marruecos, ha favorecido este acercamiento. "Hemos puesto alfombra roja", dijo ayer la ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, sin desvelar la existencia de tales conversaciones.

En el seno de la Comisión Europea no se quieren echar las campanas al vuelo porque Marruecos ha demostrado en los últimos años poco interés en suscribir un nuevo acuerdo de pesca del que se beneficia, fundamentalmente, España. Sin embargo, hay una cierta corriente de optimismo en Bruselas que habla ya del próximo verano como fecha posible para iniciar el acuerdo.

La reunión técnica iniciada ayer con Marruecos y en la que participan funcionarios europeos de Pesca y de Relaciones Exteriores es una cita que ambas partes han establecido con la máxima discreción, si bien el encuentro de mañana y pasado en el marco de los acuerdos de asociación con Marruecos ya ha sido suficiente para generar grandes expectativas en los dos lados, a pesar de que en ese segundo encuentro se hablará de cuestiones de pesca (reestructuración de la flota o asuntos fitosanitarios) ajenas al acuerdo pesquero.

La voluntad negociadora del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido determinante. Ya en noviembre pasado y a petición de Rabat, el buque oceanográfico español Vizconde de Eza realizó un estudio biológico de la situación de los caladeros marroquíes. Los resultados del análisis, que estarán disponibles en breve, serán cruciales para determinar los detalles del acuerdo pesquero, en caso de que llegue a materializarse.

Pacto limitado

Fuentes diplomáticas españolas aventuran ya que el escollo fundamental de ese nuevo acuerdo es que podrían quedar excluidas las capturas de cefalópodos. "Hay que esperar el resultado de los análisis del Vizconde de Eza", dice otra fuente diplomática española. "Yo veo prematuro hablar de reinicio de las negociaciones y, en todo caso, la posibilidad sería la de hacer un acuerdo sobre algún tipo de pesca, como la artesanal y la de bajura".

Menos cautelosa, aunque sin aportar detalles, la ministra Elena Espinosa no dudó ayer en destacar el papel ejercido por el Gobierno español para preparar el terreno. "Hemos puesto la alfombra roja a Marruecos para que la Comisión Europea pueda pisar con comodidad", dijo Espinosa en un receso del Consejo europeo de Agricultura y Pesca y tras mantener un breve contacto bilateral con el comisario de Pesca, Joe Borg, cuyo contenido no trascendió. Minutos antes de tal contacto, el consejo europeo aprobaba el reglamento de la Agencia de Control de Pesca que se erigirá en Vigo y empezará a funcionar a mediados del próximo año.

Espinosa explicó también que todos los contactos habidos con Marruecos en los últimos meses se han organizado con el máximo respeto a la Comisión Europea, que es la que tiene el derecho en exclusiva de suscribir acuerdos de pesca con países terceros. "Ahora ya le hemos pasado el testigo", añadió Espinosa, "y no podemos interferir".

El anterior acuerdo pesquero con Marruecos (el más importante de todos los firmados por Bruselas con terceros países con gran distancia del resto) se firmó por cuatro años en 1995 y permitía faenar a 440 barcos europeos -españoles y portugueses, fundamentalmente- en los caladeros del país magrebí a cambio de compensaciones financieras por tales derechos de pesca. En 1999, Bruselas y Rabat iniciaron unas negociaciones para suscribir un nuevo pacto que 16 meses después, con la flota amarrada a puerto y los consiguientes problemas sociales que ello generaba, terminaban en marzo de 2001 con un estrepitoso fracaso.

El impacto de la ruptura del cierre del caladero marroquí ha sido especialmente duro para la flota andaluza y para poblaciones como Barbate (Cádiz), cuya principal fuente de ingresos y de empleo ha sido siempre la pesca. El domingo pasado, los armadores y los pescadores andaluces pedían al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que haga "todo lo posible" por facilitar un acuerdo con Rabat durante el viaje que Chaves inicia a Marruecos esta semana. Galicia es la otra gran zona afectada por la ruptura con Rabat.

Elena Espinosa conversa con el nuevo ministro de Agricultura de Portugal, Carlos de Costa, en Bruselas.
Elena Espinosa conversa con el nuevo ministro de Agricultura de Portugal, Carlos de Costa, en Bruselas.AP

El principal socio de Europa

El acuerdo pesquero con Marruecos vigente hasta 1999 ha sido, con gran distancia, el más importante que la Unión Europea ha suscrito nunca. Del total de fondos públicos destinados a acuerdos con terceros países, para el de Marruecos se destinaba el 41%, seguido en segundo lugar por Groenlandia (17%). Tal acuerdo favorecía fundamentalmente a España, el país con la flota pesquera más potente de Europa y el segundo (después de Dinamarca) en número total de capturas.

La ruptura de las conversaciones con Rabat en 2001 afectó a 404 barcos españoles y 29 portugueses. Cinco mil marineros (mil de ellos, marroquíes) trabajaban en el marco de aquel acuerdo. Parte del dinero que la UE se ahorró con Marruecos se destinó a la reestructuración de la flota, aunque una mínima parte de ella (10 barcos de cefalópodos y cinco atuneros) fue desviada hacia el caladero mauritano gracias al acuerdo suscrito a finales de ese mismo año.

La anterior Comisión Europea puso un gran empeño en la renegociación del acuerdo, a lo que dedicó 16 meses con siete reuniones políticas y 13 técnicas.

La última oferta marroquí no aceptada justo antes de la ruptura consistió en permitir el acceso a sus aguas de 203 barcos a cambio de una compensación de 90 millones de euros anuales durante tres años. El nuevo comisario, Joe Borg, se mostró en enero pasado "esperanzado" en poder iniciar nuevas negociaciones de forma inmediata dado el clima político favorable con Rabat.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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