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La línea Orán-Alicante traslada cien mil viajeros al año con un impacto económico de 30 millones

El PP esgrime motivos de inseguridad ciudadana para rechazar la ampliación del servicio

El anuncio de una segunda línea marítima entre Alicante y Orán (Norte de Argelia) ha reavivado la soterrada oposición, especialmente entre los sectores conservadores, al colectivo magrebí que, desde los setenta, copan la parte baja del casco histórico de la capital alicantina. Comerciantes y PP culpan a la colonia magrebí de la degradación y creciente inseguridad en la zona. El reverso de este trasiego migratorio es incontestable: la actual línea marítima traslada a Alicante a unos cien mil viajeros al año, con un impacto económico de 30 millones de euros.

El cónsul rechaza que el deterioro del centro se deba a la presencia de la colonia argelina

Las voces contrarias al establecimiento de un nuevo enlace marítimo con Orán sostienen, por un lado, que los argelinos que llegan como turistas a bordo del trasbordador aprovechan la ocasión para instalarse definitivamente como inmigrantes ilegales en la provincia, esencialmente en su capital. Sin embargo, los datos manejados por la Autoridad Portuaria de Alicante desmienten esta tesis. Entre los años 1999 a 2003, el número de argelinos que embarcaron desde la capital hacia Argelia (511.000) fue superior al de los argelinos que desembarcaron en Alicante procedentes del país norteafricano (488.000).

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno eludieron detallar el índice de delitos cometidos por argelinos en la provincia. Según fuentes de este departamento, el Gobierno no autoriza la desagregación de los datos de criminalidad por nacionalidades. Según datos de Instituciones Penitenciarias, el número de argelinos en prisión en Alicante asciende, a fecha 31 de enero, a 68 de un total de 2.360 reclusos. Es decir, apenas un 3% de los detenidos es de esta nacionalidad.

Contrariamente a la postura oficial de rechazo del Ayuntamiento de Alicante, del presidente de la Diputación, y de los comerciantes, el Puerto basa la bondad de la nueva conexión marítima en dos argumentos. Por un lado, el extraordinario desembolso económico que la colonia argelina realiza anualmente en la provincia para surtirse de productos autóctonos. Fuentes portuarias aluden a un estudio de la Universidad de Alicante elaborado hace unos años. Este informe económico estipuló, entonces, que la colonia argelina que se traslada a Alicante para efectuar sus compras se deja anualmente entre 30 y 42 millones de euros. El consulado de Argelia apuntó que el desembolso es mayor. Otro argumento a favor de la nueva línea es, según el puerto, el "importante" incremento de los ingresos procedentes de las tasas de amarre, atraque y por pasajero del nuevo ferry. Así, las previsiones del Puerto cifran entre 120 millones y 150 millones de las antiguas pesetas los ingresos por este concepto.

La compañía Trasmediterránea, de capital privado, que ya ha comenzado la venta de billetes por vía electrónica, eludió detallar sus previsiones con respecto al número de pasajeros que trasladará el ferry. No obstante, la naviera comunicó al presidente de la autoridad portuaria que, según sus cálculos, la nueva línea no potenciará el número de pasajeros sino, más bien, los potenciales clientes se distribuirán entre las dos actuales empresas concesionarias. A partir del 29 de marzo, Trasmediterránea competirá con la Compañía Argelina de Navegación, de titularidad pública, que ofrece este servicio desde hace más de treinta años.

Los comerciantes, muy críticos con la puesta en marcha de la línea, atribuyen a esta conexión la proliferación en el casco antiguo de la ciudad de tiendas regentadas por magrebíes, y la consiguiente degeneración de la zona. Estas calles acaparan locutorios telefónicos, bazares y otros establecimientos comerciales de los que se surten millares de personas que llegan desde la ciudad portuaria de Orán para realizar sus compras.

Para el presidente de la Asociación Hispano-Argelina en Alicante, Brahim Boulgrakh, la causa del franco deterioro del casco histórico es una cuestión de inversiones urbanísticas. Bolugrakh es claro en este sentido: "Las únicas consecuencias que acarreará la nueva conexión será la mejora del servicio, con una bajada de tarifas y la reducción de las colas".

De la misma opinión es el cónsul de Argelia en Alicante. "No quiero interferir en la política local pero debo proteger a los argelinos de esta campaña xenófoba". Y el representante del Gobierno argelino agregó: "No entiendo por qué el PP imputa a los argelinos la degradación del centro. Cuando realmente es fruto de la nula inversión urbanística".

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