Valentino recita su gusto por la feminidad en el desfile de París

Con un desfile de más de 70 salidas en la que incluía 10 propuestas masculinas, Valentino Garavani mostró su dominio del concepto más elevado de femineidad y elegancia que arrancó con un verdadero recital a base de rojo y negro, sus colores considerados como emblemáticos. Las modelos lucieron las tradicionales pero siempre efectivas capas pluviales de sereno con largo a la rodilla y el aporte sucesivo de combinaciones que iban desde el tweed con el visón a el cocodrilo con la seda.

Valentino es capaz de evocar una especie de nomadismo poético a través de chalecos zíngaros y gorras de trashumantes, todo metido en unas siluetas estructuradas firmemente desde el sabor de la verdadera sastrería con exquisitas lanas bouclee y todas las prendas llenas de detalles que no las recargan, sino que simplemente contribuye a hacerlas mejores. Para la noche, el gran creador se reservó una idea: el casi olvidado colín de volantería que interpretó en diversas materias y proporciones.

Nueva línea

El desfile tenía un significado muy importante al ser la ocasión que escogió el diseñador romano para anunciar que inicia una nueva línea mundial de trajes nupciales. Valentino se ha asociado a la firma catalana Pronovias, una operación de gran envergadura tanto en lo económico como en lo estético, pues la verdad es que hoy por hoy en la moda nadie como este creador para vestir a una novia elegante y en costura que rebose lujo y ensoñación. Y es por esto que en cierto sentido hay quien le conoce como el último gran dios del sector, algo que a él le horroriza a la vez que le diverte.

En cuanto a la moda masculina que trufó selectivamente y con mucha oportunidad a la femenina, hay que destacar la presencia de las pieles tratadas y coloreadas en fantasía, las botonaduras cruzadas, los trajes de prieto entalle negros y una lineal vuelta al considerado como eterno masculino.